lunes, 22 de noviembre de 2010

¿DONDE ESTAN LOS REALES?

Cuando el TCnel Chávez Frías anuncia que fraccionará los aguinaldos de los trabajadores, pone en evidencia varias cosas. Primero, que lejos de ser el gobierno de los pobres, es anti-obrero e indolente frente a las necesidades de la clase trabajadora.

Segundo, que la demagogia raya en la burla. ¿No había dicho el Presidente en una de sus peroratas dominicales que había adelantado gestiones para pagar los pasivos laborales? El populismo y la improvisación obligan a estas marchas y contramarchas que son ya habituales en este gobierno. El cinismo del Comandante-Presidente tampoco es una novedad. Lo que no podemos pasar por alto es que los aguinaldos y demás beneficios laborales deben estar previstos en la Ley de Presupuesto que aprobó en su oportunidad la AN. Entonces, ¿donde están los reales?

Que paradoja! Aquella consigna que utilizó el ex presidente Luis Herrera Campins, tiene plena vigencia: ¿Donde están los reales? Pues bien, los venezolanos tenemos una clara idea de donde están. Una parte importante está en los bolsillos de la burocracia corrupta que "gobierna", la boliburguesía y lo que el difunto Tascón llamaba la "derecha endógena". Otra parte ha sido despilfarrada en viajes, comprando armas, expropiando empresas y regalando el dinero de los venezolanos en otros países.

En dos platos, el gobierno echó mano a los aguinaldos de los trabajadores venezolanos para enriquecer a algunos compatriotas "revolucionarios", para comprar fusiles, tanques o aviones de guerra; para comprar bancos y otras empresas que funcionaban bien en manos privadas y ahora van camino a la quiebra. El gobierno roba los aguinaldos a los trabajadores para hacer casas en La Habana, reparar carreteras en Bolivia, resolver problemas en Nicaragua y en definitiva, satisfacer cualquier capricho de los amigotes del TCnel. No hay duda de que este es un gobierno anti-obrero que lo único que produce eficientemente en Venezuela es pobreza!

De esta realidad hay plena conciencia. No en vano, las protestas por reivindicaciones laborales insatisfechas se producen en todos los sectores, tanto públicos como privados, a lo largo y ancho del país. Así las cosas, nadie puede entender como pretenden usurpar el espacio de la izquierda y autodefinirse como revolucionarios. Como dice un viejo amigo, una revolución sin trabajadores es como un arroz con pollo...pero sin pollo!