domingo, 29 de marzo de 2020

¿Narcotraficantes? No vale, pobrecitos


Ante el silencio sepulcral de los siempre escandalosos amigos de la revolución, alguien se preguntaba dónde estarán Evo Morales, Daniel Ortega, Raúl Castro, Cristina Kirchner,..., y la lista seguía hasta Oliver Stone y Danny Glover.  Como respuesta solo diré que en ocasiones, también el silencio es una forma de hablar.  Hoy, darle la espalda al régimen es lo menos que pueden hacer para no ser arrastrados en este deslave. Lamentablemente, en Venezuela tenemos algunos analistas y presuntos dirigentes de oposición que siguen buscándole 5 patas al gato. Les cuesta disimular su resentimiento, frustración o intereses facciosos e inconfesables. En medio de esta avalancha de lodo que cae sobre la narcodictadura, hacen "análisis" que arrojan dudas sobre la oposición y le dan al gobierno un margen de maniobra que no tiene. Hasta hace poco sostenían una campaña para que EEUU levante las sanciones al régimen, con el infundado pretexto de que éstas perjudican al pueblo.


Es una actitud reiterada. Sus análisis siempre parten del falso supuesto que el gobierno "se las sabe todas", es un estratega impecable y todo lo que hace está calculado.  Si ven a Maduro con los pantalones mojados, dicen que eso es un trapo rojo o un plan perfectamente diseñado para...bla, bla.  ¡Así es siempre!   Por si fuera poco, constantemente tienen a flor de labio una crítica contra la oposición. Son expertos en identificar sus errores e insinúan que no es tan hábil e inteligente como ellos.  Uno se pregunta ¿Y por qué entonces estos críticos geniales nunca han dirigido nada?  ¿Por qué no han convocado jamás aunque sea a una asamblea en su edificio, ni demostrado respaldo popular alguno?

Nadie los vincula con una lucha real, ni siquiera los vemos en las marchas.  Algunos, a lo sumo, dirigen unos partidos de maletín que inscriben candidatos en todas las elecciones y jamás consiguen la victoria. En fin, tienen un largo historial de fracaso, exhiben una triste soledad y nunca arriesgan el pellejo pero eso si, son guapos y unos deslumbrantes estrategas en Twitter o Whatsapp.  ¡Eso creen! La verdad, hacen análisis tan desenfocados que lucen sospechosos, solo les falta defender a "los más buscados" o decir "¿Narcotraficantes? No vale, no creo, pobrecitos".  ¿Ni siquiera en esta hora difícil, al borde de una calamidad, estos factores supuestamente de oposición van a jugar a la unidad nacional y ponerle el hombro a Guaidó, a la Asamblea Nacional y al liderazgo político que tiene reconocimiento nacional o internacional?  Una reflexión no es mucho pedir....

Nadie pide incondicionalidad sino solidaridad inteligente. ¿Se han cometido errores? Sin duda alguna. ¿Hay cosas que no comparto? Muchas... Pero hay que buscar el escenario para expresarlas y a todo evento, es preferible enfocarse en los aciertos y resultados positivos. Hoy el régimen cubano-militar está contra las cuerdas, no producto del azar o del destino, sino de una política que se ha sostenido con perseverancia y no pocos riesgos. No reconocerlo es una actitud mezquina que habla por sí sola. Como decía aquel Mosaico Criollo del maestro Billo Frómeta, "por más que se tongonee, siempre se le ve el bojote".

Twitter: @richcasanova



El Maduro-virus y la militarización del país

Publicado en la prensa nacional el 17/03/2020

Que el Corona-virus es una amenaza real no está en discusión, tampoco la necesidad de tomar con absoluta rigurosidad las indispensables medidas preventivas para reducir los riesgos de contagio. Sin embargo, si existen dudas con relación a la implementación de algunas políticas y la intención subyacente en algunos sectores de la política nacional.  En los medios y en las redes sociales la dinámica es intensa y tiende a generar cierta paranoia, la cual se incrementa por una campaña subliminal, sustentada en el miedo e impulsada desde el gobierno. Así las cosas, lo primero que debemos hacer entonces es llamar a la calma.  

El gobierno sabe que toda forma de miedo lo beneficia en tanto que es paralizante e impide pensar con claridad, la ciudadanía centra la atención en sus temores y puede tener cierta condescendencia con este régimen irresponsable que ha devastado el sistema de salud pública, lo cual constituye la principal razón de nuestras angustias.   Quienes ejercen el poder real en Venezuela –los cubanos- son unos verdaderos genios en guerra psicológica y manipulación, lo han demostrado. Así que a nadie sorprenderá que esta amenaza de pandemia sea aprovechada para mantener a la población aterrorizada, en estado catatónico, aislada a sí misma y lógicamente socialmente desmovilizada. No es la primera vez que el gobierno manipula las más sentidas necesidades de nuestro pueblo para incrementar el control social a partir de una mayor dependencia del ciudadano, ahora incluso para salir de su casa. 

El liderazgo democrático tiene que enviar un mensaje claro, no necesariamente confrontando al gobierno pero si diferenciándose de él. Hay que dejar en evidencia la pretensión del régimen de aprovechar la coyuntura para instalar un estado panóptico y por fin militarizar al país, prácticamente con el consenso de diversos sectores que se sienten aterrados por la amenaza.   La oposición debe orientar y promover el estricto cumplimiento de las medidas preventivas pero al mismo tiempo, alertar sobre esta absurda militarización que en nada resuelve el problema.  Hay que denunciar enérgicamente el disparate de designar a Delcy Rodríguez al frente de la Comisión contra el Corona-virus, mientras se margina a la comunidad científica que realmente tienen criterios técnicos para enfrentar la pandemia. 

Los partidos políticos no pueden limitarse a la campaña #QuedateEnTuCasa con tal ingenuidad que deje el campo libre a un régimen indolente, manipulador e inescrupuloso para ganar una inmerecida indulgencia e implantar un modelo totalitario de control.   Nada nuevo, por cierto, si revisamos a autores como Antonin Artaud (El Teatro y la Peste), Albert Camus (La Peste) y Michel Foucault (Vigilar y Castigar). 

Además de reivindicar el rol de la comunidad científica, la oposición democrática está obligada a cuestionar -antes de que sea tarde- el abordaje de esta potencial pandemia desde la visión militarista y más bien, promover soluciones a partir del ejercicio de la ciudadanía, donde todos somos protagonistas.  Es decir, plantear soluciones desde la organización social que nos convierte a todos en actores responsables y no desde el control militar que nos reduce a víctimas y subalternos del régimen.  El liderazgo democrático debe articular con diversas Organizaciones No Gubernamentales y la sociedad en general, en un esfuerzo conjunto para enfrentar al Corona-virus, sin desestimar otra amenaza igualmente real y quizás más mortífera: el Maduro-virus, cuyo saldo en muerte, violencia, hambre y miseria es significativamente mayor al de su colega con corona. Tenemos que elevar al máximo la conciencia colectiva para enfrentar simultáneamente a ambos virus que azotan al país.  ¡Dios bendiga a Venezuela!

Twitter: @richcasanova 

Una reflexión política en esta nueva etapa

Publicado en la prensa nacional el 03/01/2020

Hoy 3 de Enero, mi querido y siempre recordado amigo, Teodoro Petkoff estaría cumpliendo 88 años de edad. "El catire" supo siempre reconocer sus errores y rectificar. Pasó su vida luchando honestamente por los ideales de la democracia y la justicia social, demostrando siempre que hay una relación indisoluble entre la ética y la política, algo que es impostergable reivindicar con acciones en la política actual.   A propósito del inicio de una nueva etapa en esta lucha por la libertad, quienes compartimos algunos años con Teodoro, debemos inspirarnos en su ejemplo y especialmente en su inquebrantable optimismo. Ser optimista no es ser ingenuo, es saber que en medio de las dificultades, siempre hay una gran oportunidad y jamás rendirse ante la adversidad. Es recordar en medio de la tormenta que "llueve y escampa", es salir con el paraguas en vez de refugiarse en la tristeza.

En un momento complicado y lleno de incertidumbre, Teodoro acuñó una frase que nos permitió avanzar y resume ese espíritu indoblegable: "estamos mal pero vamos bien".   Parafraseando al viejo líder, hoy pudiéramos decir "no sé si vamos bien pero el gobierno está muy mal". Ciertamente, el régimen sigue aislado internacionalmente, acorralado, enfrentando una crisis monumental que es incapaz de revertir, al borde del colapso financiero y con un país sin combustible, sin capacidad de garantizar los servicios básicos, es decir un país que se hace inviable cada día más, con una dramática situación social, un inmenso rechazo popular y un piso político frágil, a pesar de los esfuerzos por ocultar las grietas. Un gobierno así, no tiene futuro. Aunque no se ha logrado el cambio que aspiramos, el balance es positivo.  

Y el gobierno está en tan precaria situación porque los venezolanos no hemos doblado las rodilla.  Pese a la represión, al asesinato, la tortura, la prisión y el exilio; pese a la brutal arremetida contra medios y periodistas, ahí está de pie una Venezuela que no se rinde.   Pero también está inviabilidad del régimen es producto de la acción consecuente de un liderazgo político que no se arrodilla y corre los riesgos que sean por mantenerse en pie de lucha.  Es una mezquindad desconocer ese esfuerzo y un despropósito centrarnos en la crítica genérica, infundada e irresponsable a la oposición democrática, lo cual beneficia exclusivamente al gobierno. 

Con muchos errores y no menos omisiones, hay una gestión que es justo reconocer. El esfuerzo realizado desde la Asamblea Nacional y por los principales partidos es algo que debemos valorar.  Desconocerlo solo abona el camino de la frustración, la desesperanza y la resignación, solo consigue dividir a la sociedad democrática y esa es la ruta del gobierno, esa es su única posibilidad de sostenerse en el poder, pendiendo de un hilo y matando de hambre a un pueblo.   Sin dudas, tenemos muchas razones para sentirnos optimistas. Tengo la certeza de que saldremos de esta tragedia: el gobierno no tiene futuro, nosotros podemos construirlo.  

Hacer un balance positivo no significa desconocer las equivocaciones, sino aprender de éstas y enfocarnos en los aciertos para rectificar en lo que sea necesario.  Efectivamente, es hora de evaluar con objetividad los avances e identificar errores, revisar nuestra estrategia, redefinir metas y repensar la política pero para eso no necesitamos la "crítica constructiva" de quienes invierten más tiempo adversando a la oposición que al gobierno. En esta etapa son tan dañinos los colaboracionistas que se disfrazan de opositores para sentarse en las piernas de Maduro y hacerle comparsa a la dictadura, como los radicales opositores que apuestan a una confrontación extrema o una invasión yanqui.

Esta necesaria reflexión del liderazgo político es impostergable y el país debe exigirla reconociendo la invaluable labor cumplida y con absoluta solidaridad a quienes han arriesgado todo en estos años de lucha. Replantearnos la política en esta nueva etapa, no puede ser un carnaval de críticas, acusaciones o descalificaciones. No puede ser un encarnizado debate público, debe hacerse puertas adentro, debe ser una reflexión serena y responsable del liderazgo fundamental pero escuchando a todos los sectores del país. 

Como toda estrategia, debe manejarse con reserva y discreción, no puede ser un debate público pero debe ser incluyente y muy amplio. Y sobre todo, debe partir del respeto entre los diversos sectores para garantizar la unidad, la cual siempre será un valor fundamental en esta lucha contra la dictadura.  Sigamos adelante: ¡Todo por esa Venezuela que no se rinde! 

Twitter: @RichCasanova 

Elecciones para superar la crisis, no para atornillar al régimen

Publicado en la prensa nacional el 01/09/2019.

Desde algunos sectores de la oposición se insiste en participar a todo evento en las elecciones parlamentarias que pretende convocar arbitrariamente el gobierno ¿Una nueva Asamblea Nacional es la solución a esta pavorosa crisis que padece el país? ¿Acaso hoy no tenemos mayoría en el parlamento y antes de que se instalara, ya el gobierno había actuado desde el írrito TSJ para burlar la voluntad de los venezolanos y secuestrar al Poder Legislativo?  ¿Acaso no montaron una ilegal y oprobiosa Asamblea Constituyente para intentar liquidar al parlamento? ¿Qué garantías hay de que esta truculenta historia no se repita?  Ninguna!

La dictadura calcula que con esas elecciones (solo parlamentarias) gana tiempo y se garantiza su permanencia hasta final del período.  No se percata de que la situación es insostenible y el gobierno se ha hecho inviable.  Al contrario, si esos comicios no incluyen la elección de un nuevo presidente y un cambio de gobierno, la crisis se prolongará y con total certeza se agudizará, elevando la conflictividad social y abriendo la puerta a salidas violentas,  golpistas, intervencionistas y otros atajos de consecuencias inimaginables.    

A pesar de ello, algunos sectores autodefinidos como opositores plantean que indefectiblemente hay que participar en cualquier elección sin importar las condiciones, ni la unidad y mucho menos la opinión del resto del país. Argumentan a partir de falsos supuestos, interpretaciones maniqueas de la democracia y otros alegatos de orden principista. En algunos casos, la intención de tergiversar el debate es deliberada.  Decir que los "participacionistas" son demócratas y todos los demás solo buscan un desenlace bélico o están a favor de una intervención militar, es una falacia ¿Quién les dijo que Guaidó, la AN o algún factor de la coalición opositora mayoritaria, no desea una salida electoral a la crisis?  

A eso apostamos todos y en el G4 (principales partidos de oposición), no hay la menor duda sobre el particular.  Lo que hay es una ruta para lograr que esas elecciones (parlamentarias y presidenciales) se den en las mejores condiciones posibles y por eso se agotan todos los esfuerzos de negociación con la intermediación de Noruega y mucha presión internacional.  Lo que hay es una determinación absoluta de ir a un proceso que contribuya o se traduzca en una real salida a la crisis, no unas elecciones para complacer al régimen, atornillarlo y como dijimos antes, prolongar la crisis, agudizando la tragedia que sufren los venezolanos.   Una salida electoral es lo ideal pero tenemos el compromiso de tomar una decisión consustanciada con la realidad y atendiendo a la opinión del país: gremios profesionales y empresariales, sindicatos, universidades, la iglesia y en general, la sociedad civil organizada.

No hay duda alguna, lo que hay es un propósito firme de actuar de manera unitaria y a partir de lo antes expuesto: dependiendo de las circunstancias, vamos todos o no va nadie.  A diferencia de otros que piensan “vamos nosotros así no vaya nadie”. Queremos unas elecciones que sean realmente una salida y si no lo son, habrá que evaluar otras opciones. 

A esa oposición que insiste en enturbiar el debate, les decimos que participar en una farsa no está alineado con los principios democráticos con que pretenden arropar sus opiniones.  En todo caso, no es el peor escenario que el gobierno compita solo -contra sí mismo o contra candidatos prefabricados-  pues se trata de un régimen desprestigiado e ilegítimo, que pocos reconocen, que está internacionalmente acorralado y financieramente arruinado. Nuestra preferencia es clara a favor de un desenlace electoral pero no es incondicional, ni es la única opción que tienen las fuerzas democráticas, eso es bueno que lo tenga claro la dictadura y quienes estén pensando en ponerle el hombro en esta hora agónica.

Twitter: @RichCasanova