sábado, 27 de agosto de 2016

DECADENCIA POLITICA Y MORAL


Hace unos días fueron ilegalmente despedidos por razones estrictamente políticas cuatro Ingenieros, quienes tenían entre 10 y 35 años trabajando en Sidor, nuestra principal industria siderúrgica. Ahora, el ex alcalde de San Cristóbal -quien tenía casa por cárcel, por razones de salud- fue trasladado a la penitenciaria de San Juan de los Morros, cuyo nuevo nombre: "26 de Julio" evoca a la revolución cubana. Este falso gobierno "obrerista" piensa que intimidando a los trabajadores va a debilitar la lucha por el cambio o que el terrorismo contra la dirigencia opositora va a desmovilizar a la sociedad democrática. ¡Se equivocan! Es exactamente lo contrario: el abuso, la represión y estas medidas "radicales" son un aliciente para la lucha, nos convencen -más aún- de la imperiosa necesidad de cambio y la urgencia de revocar a los responsables de esta tragedia que sufre el país. 

Cuando alguien se ahoga y actúa con desespero, se hunde más rápido. Eso le pasa al hamponato chavista, cuyas actuaciones sumarán miles de personas a la Toma de Caracas este 1ro de septiembre. La obsesión por frenar las múltiples marchas, la represión y demás tropelías convertirán en noticia internacional lo que pudiera ser una simple movilización ciudadana, evidenciará ante el mundo el talante autocrático del régimen, mostrará su rostro militarista y sus rodillas peladas de tanto arrastrarse al poder cubano. 

Vendrán más medidas desesperadas pues el régimen se siente acorralado por la presión nacional e internacional. Y no vamos a decir que no hay miedo, debe haberlo pero no es tan grande como el temor a que esta cúpula podrida del PSUV siga desangrado el país y le arrebate definitivamente el futuro a nuestros hijos. En el campo democrático puede haber miedo pero lo superamos, somos un pueblo de valientes y tenemos grandes esperanzas. Mientras que del lado del gobierno están aterrados, el culillo los embarga y sus actuaciones demuestran la cobardía de una élite corrupta que se ha quedado sin opciones y nada tiene que ofrecer. 

Los valientes buscan la luz, vencen el miedo y superan las adversidades, así es nuestro pueblo. Los cobardes prefieren las sombras, son derrotados por sus temores y solo traen calamidades. Pues bien, queda claro que este es un gobierno de cobardes, carentes de otro futuro que no sea tras unos barrotes o como prófugos de la justicia y de su propia consciencia. En esta hora aciaga, imposibilitados de promover la esperanza, solo le queda sembrar miedo para disimular el suyo. Para ello apela a esa cúpula militar que le lame las botas a los Castros y se besuquea con el narcotráfico. Sin duda, las desesperadas actuaciones de este gobierno son vergonzosas y muestra su decadencia política y moral. Con más razón, el primero de septiembre nos vemos en las calles de Caracas... #YoRevoco 

martes, 23 de agosto de 2016

EL BARRIO ES EL EPICENTRO DEL CAMBIO - 20/08/16


Esta revolución mal llamada "Bolivariana" comparte con Fidel Castro el dudoso honor de lograr la hazaña del Rey Midas pero al revés: convertir a un país próspero donde había pobreza pero también oportunidades para superarla en otro donde la miseria alcanza niveles alarmantes y se ha destruido absolutamente toda posibilidad de ascenso social, al menos “por ahora” y mientras dure esta desgracia de gobierno. Su irresponsable retórica trasnochada reivindica aquella sociedad sin clases, igualitaria y sustentada en la "abundancia material" que exponía la utopía marxista, sueño que los protagonistas -de antes y de ahora- se encargaron de convertir en tragedia. 

Hoy la realidad es imponente. Con la excepción de la boliburguesía del PSUV y su entorno de enchufados, ahora todos somos iguales o mejor dicho, todos nos hemos empobrecido por igual, aunque realmente el impacto de este proceso es mucho mayor en los segmentos económicamente más débiles. En efecto, el deterioro del poder adquisitivo impacta con mayor contundencia a los pobres y lo mismo sucede con otros indicadores de pobreza, en particular con aquellos asociados a las carencias o deficiencias en infraestructura y servicios en los sectores populares, las cuales generan un severo deterioro en la calidad de vida de la familia venezolana y nos advierten que la pobreza no es una condición exclusivamente asociada a lo económico. 

Tampoco desde esta perspectiva podemos hablar de igualdad pues aunque el deterioro de la infraestructura y los servicios afecta a todo el país nacional, estas limitaciones son terriblemente duras en los sectores populares o barrios, donde reside actualmente la inmensa mayoría de la población. Esta realidad incluye ausencia o serias deficiencias en la prestación de servicios educativos, asistenciales, deportivos y culturales, pero también carencia o precaria existencia en el barrio de espacios públicos, lo que restringe el ejercicio de la ciudadanía, lesiona el tejido social y deriva en problemas sociales de diversa naturaleza.  Así las cosas, las expectativas de cambio del venezolano están asociadas -no sólo a factores relacionados con la economía y el poder adquisitivo del grupo familiar, vale decir escasez e inflación- sino a vivienda y hábitat, lo cual supone infraestructura, dotación y acceso a servicios públicos eficientes, así como condiciones ambientales y otras que garanticen una elevada calidad de vida.  Lamentablemente, superar la crisis encuentra su principal obstáculo en este régimen fracasado y corrupto.

Un gobierno de unidad nacional tendrá que asumir como prioridad social la reactivación del aparato productivo y la generación de empleo. Sin embargo, resulta evidente que el cambio como demanda social exige también un programa especial de intervención urbana que atienda la problemática planteada y canalice las expectativas de la población. Queda claro que el barrio es el epicentro del cambio, el punto es ¿Cómo abordar una realidad tan compleja y extendida, en medio de grandes limitaciones económicas del país? A responder esta pregunta nos vamos a dedicar en las próximas semanas, sin abandonar esta lucha de todos por el revocatorio para este año. Nos vemos este 1ro de septiembre en la calle con las banderas en alto! #YoRevoco


Twitter: @richcasanova

viernes, 5 de agosto de 2016

¿QUIEN ES REHEN DE QUIEN?


La biografía de Fouché escrita por Stefan Zweing es un clásico de la literatura y sin duda, lectura obligada para quienes deseen explorar la dinámica del poder real y conocer la frágil frontera entre la ética y la política. Con su prosa singular, el brillante escritor austríaco recuerda a Napoleón regresando a París oculto entre las sombras, en esa oportunidad no atravesó el Arco del Triunfo rodeado de banderas y al frente de su victorioso ejército pues éste yacía triturado por las heladas mandíbulas del invierno ruso. El mismo Napoleón que había derrotado a las grandes potencias de la época -Inglaterra y la iglesia- para convertirse en el Emperador de Europa, ahora había perdido su aureola de invencibilidad y la monarquía adulante que antes le rendía pleitesía de pronto recordó su propia dignidad. 

En ese momento decadente, Napoleón tuvo que llamar al otrora despreciado Duque de Otranto -su ex Ministro de Policía, José Fouché- y proponerle un cargo.  A tales fines, le escribió para “ofrecerle una ocasión próxima de brindarme nuevos servicios y nuevas pruebas de su lealtad”, a sabiendas que era su enemigo y ni con Dios había sido leal.  Para el mundo político esta designación evidenció a un Napoleón caído, preso de las indeseadas circunstancias; aunque Fouché –obligado a aceptar- dijera después en sus memorias que “el Emperador me llama a su lado en calidad de rehén… no porque necesite mis consejos sino para atarme las manos”. Y aunque razones tenía para temerle, uno se pregunta ¿Quién fue rehén de quién?  Eran tiempos previos a las batallas de Leipzig y Waterloo…

Recordamos este episodio a propósito de los cambios de gabinete de Nicolás Maduro, no porque éste folclórico pichón de tirano, manganzón y reposero tenga alguna semejanza con Napoleón Bonaparte, tampoco porque Diosdado Cabello o alguno de sus enemigos internos dentro del PSUV calce los puntos de José Fouché. ¡Nada de eso! Se trata de observar los signos de la decadencia, no hay espacio para dudas: este gobierno está en su etapa terminal. La entrega del poder a una cúpula militar corrupta es evidencia de su debilidad. Cuando Diosdado Cabello copa la escena es por la misma causa y siendo obvia su vinculación con Padrino López, “El Pollo” Carvajal o Néstor Reverol –para sólo nombrar algunos de los cuestionados jerarcas militares- uno entiende que Maduro se ha quedado sin opciones.  Sus enemigos aprovechan la fragilidad de un liderazgo que inútilmente se aferra a la charretera del insepulto “comandante eterno”.  

Designar como Ministro del Interior a un General acusado por la DEA puede interpretarse como una irreverencia frente al “imperio” pero también podría  confirmar la vocación delictiva del régimen o que desde el alto gobierno se protegen oscuros intereses. Cuando los radicales del chavismo destituyen a Pérez Abad y disipan cualquier esperanza –si acaso alguien la tenía- de rectificación en materia económica, es claro que vamos a una profundización de la crisis y con certeza, se agudizará la conflictividad.  Quizás sea lo que buscan, creen que así pueden poner fin a su agonía y morir con la ilusión de una épica que jamás tuvieron. En fin, si Maduro quería atar de manos a alguien o si el amordazado es él, queda a gusto del lector.  Quién es rehén de quién es un ejercicio intelectual interesante que deriva en el agotamiento de un régimen –todos incluidos- que penosamente avanza hacia el aislamiento internacional, tal como merece un gobierno forajido en decadencia.  #YoRevoco 
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