jueves, 27 de abril de 2017

5 CLAVES PARA NO AYUDAR A LA DICTADURA

El gobierno militarista, fracasado y corrupto de Nicolás Maduro no tiene gestión que mostrar, ni posibilidad de resolver los problemas del país, ni siquiera tiene interés en ello.  Con el agravante de que la crisis económica y social avanza "a paso de vencedores".    Además carece de respaldo popular y credibilidad en el ámbito nacional e internacional.  Y por si fuera poco, el descontento incluye a la FAN y vastos sectores "revolucionarios".  En este cuadro, la única posibilidad de sostenerse en el poder es mediante la guerra sicológica, la manipulación política y la mentira para generar desconfianza en el campo opositor, dividirnos, amedrentar y paralizar a la sociedad venezolana, sembrar desaliento y resignación.  Si usted es un demócrata y no quiere ayudar a este oprobioso régimen, debe estar atento y evitar que se aprovechen de su buena fe, manipulen sus angustias, le acribillen cualquier esperanza y lo conviertan –sin usted saberlo- en un vocero de la dictadura. Ese es el trabajo del G2 cubano en Venezuela desde hace tiempo, por eso comparto cinco claves para identificar sus mensajes y algunas útiles recomendaciones.

1) Los mensajes son anónimos o falsamente asignados a un periodista o personalidad pública que goza de credibilidad en el mundo opositor.  Recomendación: No apoye el anonimato, no reenvíe mensajes sin confirmar su autoría. Revise las redes sociales del presunto vocero y consulte otras fuentes.  

2) Los mensajes tienen algún ingrediente para despertar interés: "De buena fuente...". "Un primo que es militar...".  "Ayer en una reunión confidencial...".  A veces encabezan el mensaje con frases como: "No está confirmado pero es importante que sepan…" o "Como me llegó se los envío...", y otras que supuestamente salvan su responsabilidad y estimulan su retransmisión.  Recomendación: No se deje manipular, esté atento. Piense, si no está confirmado ¿por qué me lo envían? ¿Es responsable reenviar mensajes "tal como me llego" de un desconocido? ¿Por qué no dan la cara? 

3) Los mensajes vienen enmascarados con un discurso opositor -generalmente radical- para captar su atención y darle credibilidad. Claro, la única manera de que usted difunda un mensaje del gobierno es bajo el camuflaje opositor y haciendo creíble su contenido con frases estridentes contra la dictadura.  Recomendación: No sea ingenuo, más bien sea muy capcioso. Alguien del gobierno intenta aprovecharse de su preocupación.  

4) Captada su atención, el falso mensaje inocula su veneno y el gobierno dispara contra su real objetivo: siembra dudas en dirigentes opositores para que usted piense que "todos son iguales" y por lo tanto no hay cambio posible; la idea es que usted se sienta traicionado, decepcionado y se rinda.  Para eso apelan a la mentira, hablan de diálogo, pactos o negociaciones inexistentes, se refieren a falsas reuniones y utilizan fuera de contexto frases dichas por algún opositor.  Ni siquiera los ex chavistas e independientes están exentos de esa técnica para generar confusión.  Recomendación: Indistintamente de su simpatía por algún líder o partido de oposición, no retransmita mensajes que descalifiquen, insulten o arrojen dudas sobre nuestros dirigentes u organizaciones, ese es un trabajo que hace perfectamente bien el régimen. ¡No lo ayude!  Recuerde que nada se gana por esa vía y piense en quien se beneficia de esa práctica desleal.

5) Los mensajes del gobierno -siempre camuflados en una retórica opositora- tienen el objetivo de fracturar la unidad de las fuerzas democráticas por eso incluyen agresiones contra la MUD.  Su destrucción es un objetivo primordial del régimen pues al margen de posibles errores u omisiones -y más allá de cualquier opinión personal- la MUD es la única instancia de coordinación de esfuerzos en el campo opositor. Obvio, el objetivo final es transmitir desilusión, frustración y que termine usted resignado, que sienta que no hay conducción, que nadie sirve y todos son iguales.  Es decir, quebrar el espíritu de cambio y ahogar sus esperanzas.  Recomendación: Sea solidario, considere que los que están en la MUD son venezolanos y demócratas, desean salir de este régimen y son tan patriotas como usted; tienen experiencia, no son estúpidos, ni brutos, tienen asesores y manejan información estratégica.  Valore que en medio de circunstancias muy difíciles, hacen lo mejor que pueden y arriesgan más que muchos otros. Sin duda, merecen un poco de su confianza. Si usted ha confiado en un desconocido al reenviar su mensaje ¿Por qué no confiar en quien da la cara y de frente trabaja por el cambio? De nuevo piense ¿Quién se beneficia con la destrucción del único centro de conducción política que -aún con sus limitaciones- tiene la Venezuela democrática? 

Cualquiera que insista en replicar esos truculentos mensajes estará contribuyendo con la dictadura. Algunos lo hacen conscientemente y motivados por su propio ego, buscando protagonismo e incluso, financiado tras bastidores por el régimen. Sin embargo, estas líneas van dirigidas a la inmensa mayoría que lo hace inconscientemente, actuando de buena fe, pensando que contribuyen con la causa, actuando honestamente en base a su libre albedrío y en defensas de la libertad de expresión. A ellos también le decimos que pronto recuperaremos la democracia pero hoy en nuestro país estamos librando una batalla contra la dictadura.  En las Ciencias Políticas es lectura obligada los textos del historiador y militar Carl Von Clausewits, quien decía que “la guerra es la continuación de la política por otros medios”.  Parafraseando a este célebre general prusiano -uno de los grandes teóricos de las artes militares- decimos que enfrentar a una dictadura es una guerra asimétrica y en toda guerra la información, la inteligencia y contrainteligencia es vital.  En una guerra la libertad de expresión es una exquisitez y lo que se comunica debe provenir del comando y tener una orientación estratégica.  Entender eso es fundamental en esta etapa de la lucha por la democracia en Venezuela.

En fin, lo he dicho siempre: esta es una lucha también espiritual.  Así que sea positivo, piense con optimismo, no retransmita nada que siembre desaliento o desconfianza, no descalifique absolutamente a nadie del mundo opositor, sea prudente con lo que comunica y muy cuidadoso para no ser víctima de un gobierno inescrupuloso que lo único que hace bien es mentir, manipular y robar. No lo olvide nunca: el cambio también depende de usted. ¡Viva Venezuela!

Twitter: @richcasanova 

viernes, 14 de abril de 2017

Una pregunta en Semana Santa a nuestra FAN

Al gobierno no le bastan las penurias de un pueblo que no consigue alimentos, ni medicinas y apenas sobrevive.  Ahora el país es también víctima de la más salvaje represión: ya van tres jóvenes asesinados, decenas de heridos y centenares de nuevos presos políticos. Realmente es brutal: disparan a mansalva, lanzan bombas con gases tóxicos desde helicópteros a la población desarmada e incluso contra centros de salud, algo que hasta en las guerras más cruentas se respeta.  La comisión flagrante de delitos de Lesa Humanidad ante la mirada cómplice de la cúpula gubernamental y militar, le confirman al mundo la contextura moral de esta dictadura. ¡Venezuela se desangra!

Pero ¿Que oculta en el fondo de su putrefacta alma alguien que actúa con semejante saña e indolencia? Asaltan recintos religiosos y ni siquiera el Cardenal Urosa pudo escapar a la acción represiva de las huestes del régimen.  Atacar salvajemente a la dirigencia opositora, apresarlos y conculcar sus derechos políticos con ilegales inhabilitaciones no ha sido suficiente, ahora amenazan de muerte a los sacerdotes de la iglesia católica.  Y vendrán por los evangélicos, por los judíos y por todo aquel que profese un culto distinto al demoníaco y perverso sentimiento que ellos expresan. Nada debe extrañarnos de quienes han profanado la tumba de El Libertador y practican oscuros rituales de sangre en el propio Palacio de Miraflores y hasta en instalaciones militares.  Realmente ¿a quién o a qué cosa nos enfrentamos? Al responder esa pregunta, uno entiende que ésta no es sólo una confrontación política de los demócratas contra una desalmada dictadura. Es sobre todo una lucha espiritual, una batalla a cada instante entre el bien y el mal; entre los que creemos en Dios -como quiera que usted lo llame- y aquellos que practican una devoción satánica a la muerte; entre la honestidad de quienes luchamos por la paz y la miseria humana de quienes cultivan el odio y la violencia. Una confrontación entre quienes amamos a Venezuela y aquellos que entregaron nuestra patria al poder cubano, defienden bastardos intereses y por sus mal habidas fortunas personales han vendido su alma al diablo.

En medio de esta reflexión -propia de Semana Santa- valdría la pena preguntarle a los oficiales de nuestra Fuerza Armada Nacional: ¿De qué lado están?  Y no es una pregunta subversiva, sino espiritual.  No aspiramos que den un Golpe de Estado pues de eso ya se ocuparon Nicolás Maduro, Diosdado Cabello y el hamponato que usurpa funciones en el TSJ.  Después de 18 años de autoritarismo, fracaso y corrupción, nadie puede creer que la solución sea militar.  Al contrario, esta tragedia es consecuencia del militarismo –entendido como una inmoral deformación de la institución castrense- y su aberrante concubinato cubano.  En todo caso, ¿De qué lado están?... Esa es una pregunta para que se la respondan a sí mismo, con una mano en el corazón y otra sobre la Constitución.   Para que la respondan a su familia, aun cuando ésta disimule su angustia por el largo brazo de la justicia y la vergüenza que inspira ese verde oliva que deshonra a la patria de Bolívar.  ¿De qué lado están?.... Es una pregunta que debe responder a sí mismo todo aquel -civil o militar- que siga poniéndole el hombro a estos delincuentes de cuello blanco y boina roja.  ¿De qué lado están?.... Esa es la pregunta que hoy se hace el país. ¡Dios bendiga a Venezuela!  #EleccionesYa

Twitter: @richcasanova

viernes, 7 de abril de 2017

DEL SILENCIO COMPLICE Y LA IMPUNIDAD

Para alguien que no viva en este país bizarro, será difícil creer lo que hoy pasa en Venezuela. Es inimaginable que unos parlamentarios acudan a la Defensoría del Pueblo y sean salvajemente agredidos por bandas armadas del gobierno a plena luz del día y ante la mirada complaciente de los cuerpos policiales y las FAN.  La agresión dejó al joven Diputado Juan Requesens con una herida en el rostro que ameritó 56 puntos de sutura y al Diputado José Brito con fracturas en la región intercostal pero lo insólito es que la represión brutal del régimen se produzca en las propias narices de quien tiene la obligación constitucional de defender a la ciudadanía y garantizar el pleno ejercicio de los derechos, me refiero al Defensor del Pueblo, cuyo silencio es vergonzoso y cuando abre la boca es peor. 

En efecto, la más reciente opinión de este funcionario fue como vocero del Consejo (in)Moral Republicano para declarar "inadmisible" el procedimiento de destitución de los magistrados de la Sala Constitucional que dieron un Golpe de Estado, tal como afirmó la Fiscal General de la República.  La excusa para semejante declaración del "Defensor" es que los magistrados enmendaron las sentencias que generaron la ruptura el hilo constitucional.  Bajo esta lógica, cualquiera puede cometer un delito -un robo, por ejemplo- y si lo capturan, sencillamente devuelve lo robado y no pasó nada. Así, puede cualquier militar meter un tanque contra el Palacio de Miraflores y si el golpe fracasa, no hay problema: ponga retroceso al tanque, repare los vidrios rotos y regrese a su cuartel.  Nada de eso: golpe es golpe y tiene consecuencias.

La bochornosa impunidad se convierte en complicidad y en una conducta permanente que ha ido socavando las bases morales de la sociedad.  La ausencia de justicia se hace cotidiana y constituye algo fundamental para la sobrevivencia de esta pervertida casta revolucionaria.  Otro miembro de ese Consejo (in)Moral es el Contralor General de la República, testigo silente del más colosal desfalco a las arcas de la Nación. Francamente, hay que tener los ojos sancochados para no ver la opulencia, el obsceno nivel de vida de los jerarcas del PSUV y la más grosera corrupción en todos los niveles del gobierno. Las voluptuosas cuentas bancarias no existen, la impunidad reina y ya es un componente esencial de la narco-revolución chavista. 

Siendo éste el contexto, el cambio que promovemos no sólo debe recuperar la economía, elevar la calidad de los servicios y mejorar las condiciones de vida; debe también saciar la sed de justicia, sin odios, ni resentimientos.   Hay que garantizar las libertades, los derechos y poner fin a la impunidad para recuperar la convivencia, rescatar los valores y superar la pobreza.  Con tanta arbitrariedad se ha intentado ocultar una oprobiosa realidad pero por fortuna, gracias a la desesperada truculencia del TSJ, el mundo entero sabe –por fin- que en Venezuela vivimos una vulgar dictadura con un marcado rasgo militarista.  Y por si alguien tenía dudas, salió el Ministro de Defensa a solicitar la renuncia del Secretario General de la OEA y otro desprestigiado militar a amenazar al Gobernador de Miranda.  Por cierto, dejando claro que Luis Almagro y Henrique Capriles le quitan el sueño a lo que queda de la dictadura... #EleccionesYA