lunes, 26 de diciembre de 2022

Diez claves para salir del laberinto

Antes de ofrecer algunas claves para entender la reciente decisión de la legítima Asamblea Nacional (AN), es necesario darle contexto pues es natural que la gente sienta confusión y que la oposición se desdibuja. Es tal el desconcierto que el cuadro se percibe incoherente, casi absurdo. Veamos.... 

Un marciano o cualquiera que vea la situación desde afuera podría concluir que en Venezuela la oposición realmente no es "oposición" porque está a cargo del Gobierno Interino, el cual no aparece en la Constitución pero existe en la mente de muchos, aunque no pague nómina, ni tenga policías, bomberos o militares, ni ministerios, carezca de recursos y en definitiva, no pueda resolver ningún problema.  Así las cosas, si hablamos del Gobierno Interino habría que admitir que es tan ineficiente como el de Nicolás Maduro, el cuál si aparece en la Constitución como Poder Ejecutivo Nacional  pero en realidad tampoco es gobierno pues ahora es la oposición del Gobierno Interino.

De manera que en Venezuela no se sabe exactamente quién es gobierno y quién oposición.  Un gobierno es interino y el otro usurpador, uno no tiene recursos y el otro se los roba.   En teoría ambos son gobierno pero -por una u otra razón- ninguno de los dos gobierna y ambos quieren perpetuarse.  A estas alturas, cabe la pregunta, si todos son gobierno ¿Entonces no hay oposición? 

Lo peor es que si la legítima AN -esa que el mundo democrático reconoce y fue electa en el 2015- intenta corregir el entuerto y enfocar a la oposición en su verdadero rol, sus parlamentarios pueden ser acusados de traidores al Gobierno Interino o aliados del Gobierno Nacional, aunque el primero no existe y al segundo nadie lo reconoce!  Diría el marciano, "con razón están como están". 

Es obvio que en este zafarrancho el gran beneficiario es Maduro, quien sigue instalado en Miraflores ejerciendo el poder real mientras la oposición se enfrenta por un gobierno de mentira. Nada más parecido a "dos borrachos peleando por la botella vacía".  Dicho esto, comparto algunas claves que nos permitan entender lo que pasa, enfocarnos en lo verdaderamente relevante y salir del laberinto: 

1. El problema no es jurídico, es netamente político. En un país donde prevalece un régimen autoritario y no hay Estado de Derecho, las controversias en torno al poder no se pueden dilucidar a partir de criterios legales, no existe TSJ al cual acudir por un dictamen y la opinión de los juristas suele utilizarse para apuntalar a conveniencia una posición u otra.

2. En el 2019 la legítima AN asumió que había un vacío de poder y procedió a construir una salida inédita a partir de una interpretación de la Constitución.  Surge así la figura del "Gobierno Interino", la cual expresamente no aparece en nuestra Carta Magna pero el Parlamento le dio carácter legal y la legitimó, insisto, a partir de una interpretación muy válida de la CRBV. 

3. A los que quieren llevar este debate al campo jurídico, hay que decirles que también el "vacío de poder" que dio origen al Gobierno Interino, es también una interpretación del momento por parte de la legítima AN.  Siempre fue un "vacío" muy sui generis, pues Maduro estaba y está en Miraflores, así sea en calidad de usurpador.  En todo caso, para otra parte del país Nicolás Maduro fue proclamado por el Poder Electoral (CNE), luego de unas elecciones "legalmente" convocadas y dónde la oposición decidió no participar.  Podemos cuestionar los argumentos pero esa es "su verdad" y está cubierta por un ropaje legal. Por fortuna, el debate planteado no es jurídico.

4. La decisión del 2019 se toma en una determinada coyuntura y con un objetivo específico: el cese de la usurpación.  Si pasado el tiempo, cambian las circunstancias y se constata que no se ha logrado el objetivo, el Parlamento puede -y debe- revisar, revertir o modificar su decisión para adecuarse a la nueva realidad y reenfocarse en el objetivo. ¡Y eso fue lo que se hizo!  Entonces, si aquella decisión era legal y legítima ¿Por qué está no? 

5. Se trata simple y llanamente de un acto democrático realizado por la mayoría de los parlamentarios de la legítima AN, esa que la oposición democrática reconoce y que sirvió para darle piso político a ese invento -en el buen sentido de la palabra- que fue el Gobierno Interino. Que prevalezca la decisión de la mayoría -con respeto a la minoría- es la Regla de Oro de la Democracia ¿Ahora la mayoría no sirve y hay que descalificar su postura? ¿Cuál es el concepto de democracia que subyace en quienes alzan ahora su voz en contra de la legítima AN?  Que algún jurista hable ahora de un "golpe parlamentario" o  que se ha roto el "hilo constitucional" es una atrocidad, y si lo dice un magistrado pues será un "disparate magistral".  

6. El "invento" del Gobierno Interino fue útil en ese momento y tuvo el respaldo internacional pero una evaluación objetiva debe conducirnos a revisar la ruta ¿Qué sentido tiene aferrarse a una estrategia que no ha logrado su cometido y cada día pierde respaldo popular e internacional? Si Maduro quiere perpetuarse en el poder ¿La oposición debe hacer lo mismo con el Gobierno Interino?  

7. No es cierto que si se suprime la figura del Gobierno Interino, estarán en riesgo los activos de la República en el exterior: estos seguirán protegidos por una instancia Ad Hoc del parlamento, por las medidas ejecutivas del gobierno norteamericano y como resultado de las sanciones internacionales impuestas al régimen.  Tampoco es cierto que EEUU va a seguir reconociendo a Guaidó y va a desconocer la decisión soberana de la legítima AN, ellos entienden la autonomía de los Poderes Públicos y saben que ese parlamento es el mismo que creó y le dio sustento político al Gobierno Interino.  ¿Ahora no me gustan sus decisiones?

8. El argumento más estúpido que he escuchado es que esa mayoría de la AN procura los beneficios y privilegios del Gobierno Interino, entre otros la administración de los activos en el exterior.  Si esa es la motivación de esta pelea, entonces la minoría que se aferra al Gobierno Interino lo hace para preservar dichos beneficios para su reducido entorno, obvio.  El argumento es un chinazo en el ojo...

9. Por cierto, hay "ruidos" con relación a la administración de recursos públicos por parte del Gobierno Interino. No especulemos pero es bueno destacar que la modificación aprobada por la AN incluye mecanismos para despartidizar la gestión administrativa, incluso la posible contratación de reconocidas firmas para tener a técnicos venezolanos al frente de los procesos, en vez de activistas de partido.  Buena noticia!  Hay que hacer todos los esfuerzos por darle transparencia a la gestión pública, de eso también se trata el cambio ¿Alguien está en contra de iniciativas que marchen por esa vía?

10. Finalmente, lo peor que puede pasar es que los factores políticos que luchan por un cambio, demuestren que carecen de la tolerancia necesaria para asumir y procesar sus diferencias, las cuales son inherentes a la vida en democracia.  Sería una torpeza inmensa que justo cuando el país exige unidad y vamos a las primarias, la diversidad de opiniones sean motivo de agresiones, insultos y descalificaciones.  ¿No es exactamente eso lo que hace el chavismo?  Si somos incapaces de respetar las diferencias ¿Cómo hacer creíble nuestra voluntad de cambio?  ¿Es esa la oposición que merece el país?  En estos tiempos navideños, de concordia, bien vale una reflexión...

Twitter: @RichCasanova


miércoles, 5 de octubre de 2022

Un autogol para Estados Unidos

El mundo democrático se vio sorprendido con el anuncio de un supuesto "intercambio de prisioneros" entre Estados Unidos y Venezuela, como resultado de una negociación bilateral y excluyente entre ambos gobiernos.  Fue una operación legal y nadie duda de su legitimidad, pero es un acto muy cuestionable.   Como todos los países del planeta, EEUU actuó a partir de sus intereses.  En la diplomacia "no hay amigos ni enemigos, solo intereses": una trillada frase que pudiéramos extender a la política, tal como Clausewitz hacia la analogía entre ésta y la guerra.   Así, siendo infinitas las similitudes entre la política, la guerra y la diplomacia, son sus límites los que marca la diferencia y es la ética -como valor esencial de la política- el referente para definir tales fronteras y establecer “lo bueno y lo malo", lo que puede o no hacerse.  En Venezuela desafortunadamente nos hemos acostumbrado a la falta de referentes morales en el ejercicio del poder, pero el mundo civilizado aspira que la fortaleza institucional de la democracia norteamericana continúe siendo un faro en medio de las tinieblas del autoritarismo.  

Por desgracia, la operación deja en tela de juicio un principio fundamental de la democracia: la autonomía de los Poderes Públicos y particularmente de la justicia.  Primero, no estamos ante un "intercambio de prisioneros" pues éste concepto aplica cuando en medio de un conflicto bélico, hay un acuerdo entre las partes beligerantes para liberar un número determinado de personas de manera equitativa: prisioneros de guerra, espías, rehenes, etc.   Para decir que esto fue un canje de prisioneros, habría que asumir que todos los presos eran rehenes políticos y eso deja mal parada a la justicia norteamericana, no a la venezolana donde es crónica la ausencia de Estado de Derecho.  Por otra parte, ciertamente existe la figura del "indulto presidencial" pero ésta aplica ante incuestionables razones humanitarias y jamás cuando los beneficiarios están incursos en delitos graves como el narcotráfico u otros de Lesa Humanidad. Mucho menos si existen vínculos con el terrorismo internacional, tal como ha afirmado EEUU con relación a Venezuela. En fin ¿Cómo queda la potencia norteamericana como paradigma de la democracia? 

Cuando liberan a presuntos narcotraficantes y supuestos corruptos norteamericanos, saltándose todas las consideraciones que forman parte de la tradición democrática y la ética, no es la cuestionada democracia venezolana quien sale perdiendo.  Obviamente, termina muy vapuleada la institucionalidad democrática estadounidense, incluso podemos inferir un impacto más allá de sus fronteras o al menos, en el hemisferio occidental.  En efecto, estás decisiones tienen un costo político a mediano y largo plazo que un estadista debe considerar. Por cierto, en Venezuela, tenemos más de 2 décadas sin gobernantes con talante de estadista y ahora, gracias a este trueque, lamentablemente se confirma tal carencia en el país del norte. 

Si un Jefe de Estado actúa con excesivo pragmatismo y sin valorar los referentes antes mencionados, con certeza estará lesionando la genoestructura de esa nación y sentando un grave precedente.  Por ejemplo, si se puede indultar por igual a un narcotraficante o un preso político, en el futuro cualquier cartel de drogas, dictadura o movimiento subversivo en el mundo podrá secuestrar a empresarios para intercambiarlos por los suyos.  Los efectos pudieran extenderse a otras esferas, dando al traste con la política norteamericana de “no negociar con terroristas”, lo cual nunca ha sido cierto pero el enunciado –mil veces repetido- busca evitar una escalada de los sectores extremistas. 

Otro ejemplo: quien confíe en la justicia norteamericana, asumirá como cierta la presunción de que los venezolanos presos en EEUU eran narcotraficantes.  A partir de ese supuesto y luego del indulto ¿Cómo se ve afectada la lucha internacional contra el narcotráfico? ¿Qué pensarán los agentes de la DEA que arriesgan sus vidas en esta lucha, si después en una negociación política son liberados?  Y una pregunta adicional, después de esta negociación ¿Tendrá vigencia la recompensa que ofreció la DEA por algunos personeros vinculados al gobierno venezolano?  La bola pica y se extiende….

Aspiramos que los EEUU recupere su solidez institucional y restablezca su compromiso con la democracia en el mundo, también en tela de juicio luego de esta operación.  Ya veremos cómo impacta ésta decisión presidencial en la política interna norteamericana, seguramente los Republicanos le sacarán punta al asunto: seguro será un tema en la próxima campaña electoral y un pesado fardo para los Demócratas.  Por eso, sin dudas, este trueque fue un autogol para EEUU, un suicidio político para Joe Biden y una victoria pírrica para un gobierno dizque revolucionario que privilegia los intereses del entorno familiar y termina negociando con “el imperio”.  Si por esos predios quedaba algún verdadero revolucionario, hoy debe estar muerto de vergüenza. 

Twitter: @richcasanova 


viernes, 12 de agosto de 2022

La Venezuela que “se arregló” // Junio 2022

Pocos dudan que el gobierno “revolucionario” es el responsable de la colosal crisis que embarga a la nación como consecuencia de la ausencia de políticas públicas eficientes, de la incompetencia y la voraz corrupción que carcome al aparato estatal, especialmente en las cúpulas.  Pero lo realmente abominable es que no se percibe una voluntad real de solucionar problemas, sino que todo el esfuerzo se centra en manipular las condiciones para generar una aparente mejoría, una falsa normalidad, con la única finalidad de ganar tiempo. Desgraciadamente, como un mar de fondo, la crisis avanza y se profundiza por debajo de esa capa superficial de maquillaje.

Nada de lo que hace el gobierno se traduce en crecimiento económico, solo manipulan para explotar una mejoría relativa.  Por ejemplo, comparando con la severa escasez del 2018, pudiera decirse que se acabó el desabastecimiento, "ahora hay de todo".  Pero ¿se ha incrementado la productividad? ¿Qué producimos de lo que encontramos en los anaqueles? Muy poco, casi todo es producto de las importaciones, que es ahora el principal negocio de quienes exprimieron al Estado a más no poder y arrasaron con el aparato productivo, aplicando una desquiciada política de expropiaciones y hostigamiento. Es un despropósito afirmar que "Venezuela se arregló", sin valorar los dramáticos niveles de pobreza, los cuales rayan el 90% y en el mejor de los casos, superan claramente el 80%.  Es cinismo puro hablar de la recuperación del país y silenciar que –por ejemplo- según la ONU, al menos 3.200 niños menores de 5 años fueron diagnosticados con desnutrición aguda en Venezuela en los primeros cuatro meses del año 2022.  ¿Qué es lo que se arregló? 

Que un sector invierta en bodegones, tiendas de marca, casinos o restaurantes de lujo, solo sirve para maquillar la extrema pobreza que ha hecho metástasis y para drenar recursos mal habidos que no pueden sacar del país debido a las sanciones de la comunidad internacional. ¿Alguien verifica la procedencia licita de esas “inversiones” o estamos ante una gigantesca lavadora de dinero?  En todo caso, que un 5% de venezolanos puedan abarrotar esos selectos locales, jamás podrá ocultar la extrema precariedad con que vive el 80% del país.  Manipular con la buena vida de una minoría es inmoral, si así invisibilizamos la desnutrición infantil, el hambre, la crisis de los servicios públicos o la horrenda situación de los hospitales en Venezuela.  Con la pretensión de inflar esta burbuja, irresponsablemente el gobierno y sus aliados invierten sumas monstruosas trayendo artistas internacionales, montando tiendas IPhone o pintando paredes bonitas y armando shows turísticos –como en Anzoátegui- dónde se raciona brutalmente el agua, hay un pésimo servicio eléctrico y en vez de reparar la vialidad agrícola, les donan mulas a los productores.  Ese es el "país potencia", viviendo una mitomanía crónica, mientras marcha a pasos agigantados hacia el siglo XIX. 

Quizás "hay más real en la calle" pero ello tampoco es consecuencia de una mayor productividad, menos de una acertada política económica, al contrario es signo de su fracaso, de la destrucción del Bolívar que literalmente obligó a una dolarización de facto de la economía, lo cual es una inmensa paradoja tratándose de un gobierno "revolucionario".  Por cierto, conocida la naturaleza parasitaria del régimen, era previsible una maniobra ilegal para pechar a las transacciones en divisas, lo cual es un disparate como política monetaria. Pero se trata es de "meterle mano" a todo lo que se pueda.   En fin, ¿Podemos decir que "hay más real en la calle" sin considerar el mísero salario de los trabajadores venezolanos y su real poder adquisitivo? Nadie vive con un dólar al día, la gente tiene que salir a "rebuscarse", crece la economía informal y con ella, la pobreza.  

Conclusión, hoy más que nunca es urgente un cambio en Venezuela, con el agravante de que cuando la burbuja estalle, probablemente veremos la exacta dimensión de la tragedia y estructuralmente la crisis se habrá consolidado.  Por fortuna, en ese país de fantasía que pretenden pintar, convive una Venezuela irreverente, una amplísima mayoría que rechaza al gobierno y sigue en pie de lucha día a día, ahí están desde ese empresariado que mantiene arriba la santamaría contra viento y marea, hasta los trabajadores humildes y amas de casa que hacen magia para mantener a sus familias.  Es una Venezuela que no se rinde...

Twitter: @RichCasanova