En reuniones de trabajo para promover el
cambio, siempre encontramos a vecinos que preguntan con sincera preocupación y
cierto acento pesimista, si de verdad el revocatorio será este año. Más
que una respuesta directa, les devuelvo la pregunta: ¿por qué no habría de
ser? Algunos argumentan lo dicho por los voceros del hamponato
gubernamental, sin percatarse que es previsible que –por ejemplo- el sociópata
alcalde de Caracas diga que no habrá revocatorio, que va a revisar todo y otros
disparates destinados a indignar a la ciudadanía. La cúpula podrida del régimen
–incluso Maduro- dirá cualquier cosa para desalentar al mundo opositor, los
vándalos del TSJ y del CNE siempre estarán dispuestos a tal despropósito. ¿O
usted esperaba que dijeran: ya recogieron las firmas y seguro habrá revocatorio
este año... Hay tiempo y revisaremos esas firmas hoy mismo? Nada de eso, todas
sus sentencias y declaraciones tienen la perversa intención de frustrar las
esperanzas de un cambio pacífico y democrático en Venezuela. No les importan
los problemas del pueblo, ni el futuro del país.
Admitamos que -por momentos- el gobierno
logra generar confusión pero su escasa credibilidad le impide consolidar una
matriz de opinión. ¡Nadie les cree! Son los mismos que se negaban a convocar
las parlamentarias y hubo elecciones. Durante la campaña aseguraron un triunfo
de la revolución y se aprovecharon del imperio mediático gubernamental para
amedrantar al electorado, pero nadie les creyó y la Unidad les dio una paliza
monumental. Entonces ¿Por qué creerle ahora cuando dicen que no habrá
revocatorio este año? Por supuesto, cualquiera está en su derecho de
creer en Maduro o Diosdado, en vez de creer en Henrique Capriles o Chuo
Torrealba. Pero al margen de la confianza que le inspire uno u otro, se
trata de razonar con lógica y no dejarse arrastrar por el pesimismo de ciertos
grupos, incluso en el campo opositor. No hay razón para concluir -hoy, en
mayo- que un gobierno desacreditado, en extrema debilidad y con serios
conflictos internos, inmerso en una crisis terrible y sometido a inmensas
presiones, pueda contener la voluntad de cambio del país hasta el próximo año.
Quedan largos meses, la crisis económica tiende a agudizarse y mientras esta
banda permanezca en el poder, no hay forma de revertirla. El impacto social es
muy alto y la conflictividad se eleva día a día, el país es un polvorín. Y no hablemos de la existencia de facciones
en el mundo militar y en el PSUV, ni de la guerra entre grupos delictivos y
narcotraficantes vinculados al poder. Es
obvio, el gobierno se deshilacha.
La presión internacional también se
incrementa aceleradamente, ya se habla en serio de invocar la Carta Democrática,
hasta el Papa presiona por una salida electoral y los otrora aliados ahora marcan
distancia. Los cubanos raspan la olla y andan en su juego con Obama, no están
los Kirchner, Correa y Ortega se hacen los locos, Lula anda en lo suyo y Evo ni
menciona a Maduro mientras Pepe Mujica dice que está "loco como una
cabra". En fin, parafraseando al legendario líder de la izquierda
uruguaya, podemos decir que -ante esta realidad- negar la posibilidad de un revocatorio este
año son cosas de la cabra loca y demás rumiantes. Tampoco vamos a desconocer
las dificultades y riesgos pero vamos por buen camino. Es hora de reconocer el valor de la unidad, tomar
conciencia de nuestras fortalezas y movilizarnos... La fuerza del cambio eres
tú.
Twitter:
@richcasanova