viernes, 19 de diciembre de 2014

LA TALANQUERA Y EL VENADO

Varias veces acudió Fidel Castro a EEUU a buscar apoyo para la lucha contra la dictadura de Batista. Hasta New York -capital financiera del imperio- llegó su mano extendida. La CIA brindó asistencia, le garantizaron armas y hasta el desembarco del Granma fue costeado con el cochino dinero norteamericano. Pero el guerrillero ocultó su talante comunista hasta que alcanzó el poder, cuando brincó la talanquera dejando en la estacada a sus compañeros del Movimiento 26 de Julio. Luego, durante tres décadas estuvo exprimiendo a los rusos y vociferando de los gringos, mientras ocasionalmente servía de meretriz a los chinos. En secreto brincaba una y otra vez, mantenía puentes con los yanquis y aprovechaba la rivalidad entre los comunistas asiáticos y sus camaradas de Europa del este. Ello explica el distanciamiento del Che Guevara con la revolución cubana. El juego estratégico de Fidel fue impecable, la Crisis de los Misiles es prueba de ello, tanto como Bahía de Cochinos y el bloqueo son testimonio de la torpeza política norteamericana y su arrogancia imperial, errores que le dieron una excusa ideológica y oxígeno a la dictadura cubana. Llegó el ocaso del imperio soviético, el fin de la guerra fría y los chinos comenzaron invadir a occidente pero comercialmente. Fidel necesitaba otro bolsillo al cual meterle mano y acompaña a Carlos Andrés Pérez en su ascenso al poder (1989). CAP era un líder democrático pero con inclinaciones megalómanas y ambiciones continentales, con un ego susceptible de ser seducido. Este salto de talanquera fue peculiar: de comunista duro a lisonjero de la socialdemocracia, incluso repudio el vil y cobarde golpe de Estado que intentara un Teniente Coronel en 1992. Su apoyo a CAP fue decidido, hasta que éste cayó en desgracia y el golpista comenzó a recibir apoyo de poderosos medios y otros factores de poder. Chávez aún era candidato y ya Fidel lo tenía cercado, el arañero quedó deslumbrado y ‎literalmente de rodillas ante un maestro de la manipulación. Fidel había encontrado su mina de oro. Y como favor se paga con favor, compartió el tesoro con sus socios chinos y rusos, había suficiente petróleo para todos. Así transcurrieron 15 años en un voraz saqueo de nuestra nación, algo terriblemente doloroso y sin precedente. Chávez fallece pero Fidel ha acumulado suficiente poder para colocar un sustituto dócil, servil a los intereses de La Habana. Aunque intuye que la "revolución" no da para más, el fracaso es colosal, quebraron a PDVSA, no hay suficientes dólares. Así las cosas, es tiempo de brincar nuevamente la talanquera pero esta vez el salto es digno del mejor trapecista: es hora de abrazar al Tío Sam, abrirse al malévolo capitalismo. Obama y Raúl Castro se acuerdan, quizás discutan que hacer con esa colonia cubana llamada Venezuela o con las FARC, mientras Diosdado y Maduro convocan marchas anti imperialistas y hablan de "guerra económica", hacen el ridículo y la "ley anti talanquera" no aplica. Castro busca como sacar a Cuba de la lista negra del terrorismo, mientras Obama hace la lista de delincuentes del PSUV. Los castros -con el sol en la espalda- buscan una puerta en la historia mientras Maduro ‎hace el papel del venado.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

DEL CONUCO A LA GLOBALIZACION

Sí acaso algún chavista fanático abrigaba la esperanza de superar la crisis con este gobierno, por muy ingenuo que sea debe sentir hoy el vacío del abismo cuando Nicolás Maduro anuncia que retomará el concepto del conuco como modelo de unidad agroproductiva y que los gallineros verticales son "una gran moda en el mundo". Naturalmente, es la opinión de quien está habituado a decir sandeces. Si alguien dice ‎que "Portugal y Venezuela están en el mismo continente", ya imaginamos su conocimiento del mundo. En todo caso, es ridículo e irresponsable pensar en reactivar la producción agropecuaria del país a partir de modelos arcaicos y fracasados. El siglo XXI está signado por la innovación tecnológica y la modernización del agro hoy se basa en la biotecnología, la ingeniería genética, la mecanización, etc. Es tan obvia esa tendencia que no hace falta ser un experto en la materia para darse cuenta que estamos ante un disparate colosal. Para los que no saben que es un conuco, vale decir que se trata de una parcela pequeña destinada a cultivos menores. Aunque para los cubanos –hoy colonizadores de nuestro país- un conuco es un pedazo de tierra que los amos concedían a los esclavos para su propio provecho. ¡Vaya usted a saber a qué se refiere el orate! Lo cierto es que el primitivismo del gobierno no sorprende. Basta recordar que este mismo régimen propuso el trueque como mecanismo de intercambio comercial, algo que fue superado por la propia civilización hace varios siglos. ‎ No es casual entonces el fracaso económico de la “revolución”, cuya expresión más nítida es la calamitosa escasez y la inflación más alta del mundo. Anclado en el pasado, este gobierno asume lo peor del comunismo pero también del capitalismo salvaje si juzgamos a partir del "paquetazo rojo", el cual tiene políticas tan neoliberales que hasta el FMI se ruborizaría. Desde esa melcocha fascistoide y militarista, vociferan contra el libre mercado pero ni por casualidad aplican la Ley de Precios Justos al barril petrolero. Claro, nadie desea una caída de los precios del petróleo, lo lamentable es que hayan dilapidado los fabulosos excedentes petroleros durante 15 de despilfarro y corrupción, sin tomar previsiones y sin comprender que la globalización y el mercado son una realidad que trasciende el plano ideológico. Nos guste o no, existen. Para los progresistas, el gran desafío es fortalecer el aparato productivo y desarrollar capacidades para insertarse exitosamente en el mercado, y que este proceso genere beneficios sociales. Se trata de preparar al país para las oportunidades y los cambios que la globalización propicia -no sólo en el campo económico y financiero- sino en el ámbito tecnológico, comunicacional, religioso, político y cultural. Un objetivo es promover normas y regulaciones internacionales ‎para que la globalización sea compatible con la estabilidad social y política de cada país. Groso modo, esta es la línea que inspira a las fuerzas del cambio en Venezuela. Al contrario, el continuismo es trueque, conuco y gallineros verticales, más pobreza y corrupción. ¡Usted decide! /// PUBLICADO 12/DICIEMBRE/2014

viernes, 5 de diciembre de 2014

ARTE, ESPECTACULO Y POLITICA

Los ataques contra artistas y orquestas que participan en los show que monta el gobierno, no sólo son inmerecidos sino un craso error. Los radicalismos –de derecha o izquierda- construyen muros sustentados en la intolerancia y en una falsa moral que coloca al arte como un privilegio exclusivo para quienes piensan políticamente igual. Una de las grandes orquestas de todos los tiempos, la Sonora Ponceña, fue víctima de cuestionamientos tan severos como las brutales agresiones del oficialismo contra Willie Colón, otra leyenda de nuestra música caribeña. Aunque éste opine con vehemencia distinto al gobierno –es su derecho- la mayoría de los chavistas bailan su música. Por cierto, calificar toda opinión contraria al gobierno como “intromisión” es un acto de cinismo de este régimen cubano-militar. También nuestro admirado Oscar De León ha sido víctima de ataques por querer cantar para todos los venezolanos alegando que tiene seguidores de un lado y otro. ¿Es mentira? ¿Por qué negarle ese derecho? Una cosa es el arte y otra el mercado que se genera en torno a él. Es como insultar a Tito Salas porque pintó “Los Causahabientes”. O despotricar de Rafael Cadenas, si el chavismo lee su poesía; o del Arquitecto Villanueva porque trabajó para la dictadura. En el caso que nos ocupa, el espectáculo es un engranaje más de la industria discográfica, un negocio honesto y legítimo como cualquier otro. La contradicción ética no es imputable al artista que simplemente está trabajando sino a este gobierno inmoral e irresponsable que dilapida la bicoca de 14 millones de Dólares, en medio de esta honda crisis social y económica que asfixia al país. Afincarse en una crítica contra las orquestas es ponerle una cortina a la obscena corrupción que está implícita en el evento “Suena Caracas”. ¡A guiso es que suena! Hay que centrarse en develar la podredumbre de un régimen indolente que pretende ocultar la tragedia cotidiana que viven los venezolanos con música y demagogia barata. Agredir a los artistas es absolutamente desenfocado y políticamente contraproducente pues el régimen aspira con el espectáculo darse también “un baño de popularidad” ante su caída en todas las encuetas y al atacar a la Sonora Ponceña –para seguir con nuestro ejemplo- el opositor se distancia de un genuino sentimiento popular e inconscientemente le hace el juego al gobierno. Esa actitud desconoce que el público es diverso, irrespeta a ese pueblo que brindó un sonoro aplauso en ese evento a Desorden Público cuando le dijo corrupto al gobierno en sus propias narices. Distinto el caso de artistas cuya obra es un acto de servilismo y adulancia. Es indecoroso que la Compañía Nacional de Danza aproveche el subsidio y otros beneficios del Estado para montar el ballet (o jallet) “De Arañero a Libertador” y antes “Hasta la victoria siempre”. También la corrupción intelectual es repugnante. El país que debemos recuperar es aquel de mutuo respeto, donde un presidente condecoraba al maestro Pedro León Zapata, siendo un opositor de izquierda y pese al mordaz humor de su obra. Un país decente donde la corrupción no suene como en Caracas. ¡Juntos lo haremos posible!