viernes, 23 de mayo de 2014

REVOLUCIONARIOS EN DISNEY

El gobierno busca desesperadamente aferrarse a un tema que le permita edulcorar la amarga realidad que sufre la población venezolana, evadir su responsabilidad y ocultar el fracaso de este despelote que ellos llaman "revolución". Ahora creen que las posibles sanciones del gobierno norteamericano contra funcionarios venezolanos incursos en violación de DDHH es su gran oportunidad para revivir un falso sentimiento nacionalista y anti-imperialista. Olvidan varias cosas: primero, es tal la dimensión de la crisis y tan negativas las expectativas de la mayoría con relación al futuro, que toda esa retórica suena absurda y hasta insultante. No hay tela para un "trapo rojo" tan grande. Por otra parte, tienen más de 15 años con la misma cháchara del imperio, la CIA y el capitalismo, así que venir ahora a decir "que ahí viene el lobo", nos suena a cuento infantil. Por otra parte, este gobierno que denuncia a gritos la intromisión yanqui es el mismo que le ha entregado el país a los cubanos, chinos e iraníes, que ha regalado nuestra riqueza a otros países, que importa hasta el papel tualé y ha endeudado groseramente ‎a la República. Jamás Venezuela fue tan dependiente de intereses foráneos como hoy. Y por si fuera poco, existen serias dudas sobre la nacionalidad de quien hoy ejerce la Primera Magistratura. Francamente ¿de qué soberanía hablan? ¿Qué autoridad moral tienen estos traidores a la patria? En todo caso, es justo aclarar que el Senado de los EEUU ‎se refería a sanciones contra funcionarios, no contra Venezuela. Si se tratara de medidas como un bloqueo económico al país o una invasión militar, también nos opondríamos pero se trata -por ejemplo- de revocar la visa norteamericana a violadores de DDHH que además son inmensamente corruptos y están preocupados por la posibilidad de que les congelen las cuentas bancarias y los bienes que poseen en USA como producto de su asalto al erario público. Al final, toda esa alharaca que ha armado el gobierno solo evidencia el desvelo de unos maleantes por su dinero mal habido y la incoherencia de unos "revolucionarios" que vociferan como fieras contra el imperio pero lloriquean como gallinas cuando les prohíben la entrada a la cuna del capitalismo. Está claro que a las cúpulas podridas les encanta Disney. Son una élite que se inspira en Fidel y su fracasado comunismo para actuar como gorilas en el país y vivir como magnates en el exterior. Son unos burócratas que hablan como Stalin, actúan como Pinochet y viven como Rockefeller. Ojalá no sólo le congelen las cuentas, sino que sean incautadas esas fortunas y podamos repatriar los capitales reintegrando el dinero a las arcas de la Nación. PUBLICADO 23/MAYO/14.

LA GRAN OPORTUNIDAD

El gobierno muestra una extrema debilidad pero si algo permite su subsistencia es la falta de unidad en el campo opositor. La crisis económica tiene una irrefrenable tendencia a agudizarse: la escasez, la inflación y el desempleo se incrementarán, la inseguridad es angustiante, regresan los apagones, la falta de agua y la crisis hospitalaria es espantosa. En el gobierno hay una seria confrontación interna, no tiene respaldo popular, ni sabe cómo enfrentar la crisis, quizás vamos a un colapso. Pero la esperanza del oficialismo y su principal fortaleza es la fractura de las fuerzas democráticas. Sin unidad, no hay salida. Algunos opositores han censurado las acciones de calle o han sido demasiado prudentes, quizás cuidándose de no pisar el peine de la violencia, con la cual el régimen intenta ocultar la dramática realidad. Paradójicamente las acciones de calle han hecho posible que la MUD plantee una salida alternativa, distinta a la que promueve el militarismo y los cultores de la anarquía. Al propio tiempo, otros opositores dedican su energía a descalificar a la MUD y satanizar al‎ diálogo. No entienden que -aun con sus errores- la MUD es la única instancia de dirección política y que todas las organizaciones forman parte de ella, incluso aquellas que la adversan. Creen que dialogar es desconocer la naturaleza del régimen, ceder posiciones o renunciar a principios. Nada de eso, si el gobierno fuera democrático, no haría falta una mesa de diálogo. No abandonaban sus ideales Churchill o Truman cuando dialogaron con Stalin para garantizar la paz en Europa. En fin, hasta a una eventual renuncia de Maduro, un adelanto de elecciones o cualquier salida constitucional, será necesario abrirle viabilidad política. O sea, dialogar. Las agresiones entre opositores solo han logrado apuntalar al gobierno y debilitar tanto a "La Salida" como a la MUD, pagando así el costo de tal irracionalidad. Ahora que -por la irresponsabilidad del gobierno- la MUD anunció la suspensión del diálogo, se nos presenta una oportunidad excepcional para reunificar las fuerzas democráticas. Lo primero es asumir que unos y otros consideran impostergable un cambio pero es natural que existan diferentes visiones y formas de lucha. La fórmula es sumar y multiplicar, nunca restar y dividir. Segundo, el diálogo y la calle no son excluyentes. Al contrario, el diálogo sin acciones de calle puede ser tan infructuoso como la calle sin una instancia de diálogo que permita canalizar la salida. Hay que cuestionar el individualismo, las agendas ocultas y el sectarismo pero nada más absurdo que descalificar a un opositor porque no comparte nuestra opinión sobre la ruta a seguir. ¿Qué es lo que se quiere, un pensamiento único? ¿Cómo exigir al régimen que respete a quienes piensan distinto‎, si actuamos con similar intolerancia? ¿Un poco de sensatez es demasiado pedir? Es hora de cerrar este capítulo y avanzar. Hay que asumir la unidad como un valor esencial y una condición indispensable para construir una verdadera salida. Lo contrario es una estupidez. PUBLICADO 16/MAYO/14.

lunes, 12 de mayo de 2014

LA URGENCIA DEL CAMBIO

El fracaso de la "revolución" tiene una nítida expresión en el discurso vacío y carente de emoción ante una realidad social devastadora que la ha dejado sin pueblo. Ahora -en su ocaso- el "proceso" entra en una fase de cinismo alucinante y desvergonzado. ¿Sabrá el Ministro del Interior, Gral Rodríguez Torres, que nada es tan "de derecha" como el militarismo que él y su jefe Diosdado bien representan? Es insólito oír a este golpista hablando de las motivaciones sediciosas de la protesta, señalando como conspiradores a dirigentes democráticos ‎y asumiendo que los venezolanos somos tan idiotas como para creernos la supuesta incautación de armas, drogas, explosivos y hasta Dólares en su reciente incursión represiva, donde además estrenó una práctica de las viejas dictaduras militares latinoamericanas, la detención masiva e indiscriminada. Este gobierno no inventó la “siembra de evidencia” pero sin duda, ha prostituido el método. No defiendo ninguna forma violenta de protesta pero la desfachatez de los esbirros, la mentira y la manipulación, francamente llega a extremos insultantes. Por fortuna, el rostro del militarismo no logra amedrentar a la sociedad democrática y al contrario, la injusticia y el abuso de poder se convierten en acicate para nuevas jornadas de protesta. No podemos acostumbrarnos a tanta impudicia aunque ella se haga cotidiana y la "revolución” no sea más que una gran paradoja, una dolorosa realidad. En efecto, es grotesco el contraste entre aquella promesa de lucha contra la corrupción y el nivel de vida que hoy exhiben los burócratas del PSUV. O entre aquel sueño de acabar con la pobreza y este país en ruinas que tenemos 15 años después. ‎Tienen tres lustros saqueando el erario público, destruyendo la economía y mostrando su incompetencia pero la culpa sigue siendo de los 40 años. Son los mismos vende-patria que hablan de soberanía e independencia pero endeudaron a la República, regalaron nuestra riqueza y entregaron hasta la FAN a los cubanos. Esta "revolución armada" ha organizado grupos irregulares y erigido estatuas a "Tirofijo", no oculta su asociación con la narcoguerrilla colombiana, ni sus relaciones con tiranos de diverso pelambre, pero muestra a la oposición como promotora de la violencia. El país se desploma pero la culpa es del imperio, la CIA o la oligarquía. "La mejor constitución del mundo" es ultrajada sin contemplación por quienes ejercen el poder, la represión se hace habitual y mientras la supuesta Defensora del Pueblo justifica la tortura, el gobierno instala una Conferencia de Paz sin la oposición y anuncia una Comisión de la Verdad presidida por la figura mas desprestigiada del régimen e integrada por los incriminados. En fin, no hay espacio en estas líneas para tanta perversión solo trato de evidenciar el doble discurso, las carencias morales de la élite boliburguesa y la tragedia que vive nuestro país, lo cual no hace más que reafirmar la urgencia de un cambio en Venezuela. ¡Ya basta! PUBLICADO 09/MAYO/14.

sábado, 3 de mayo de 2014

SALARIO Y POBREZA

Nicolás Maduro fue un dirigente sindical mediocre y un reposero de postín pero la propaganda oficial quiere mostrarlo como el "presidente obrero", una suerte de Lula Da Silva o Lech Walesa, será inútil. Nadie se come el cuento, la solidaridad con la clase trabajadora no es un asunto de retórica sino de políticas públicas y resultados concretos. La terca realidad nos demuestra que durante el "gobierno obrerista" de Maduro, los trabajadores han vivido su peor momento y son las principales víctimas de este régimen cubano-militar. En efecto, el descalabro en la calidad de vida de la población venezolana -particularmente de los más pobres y la clase media- ha sido pavoroso durante estos últimos meses. Más que un dato estadístico, la inflación y la escasez son realidades que golpean el estómago de la clase trabajadora. La pérdida de puestos de trabajo y la precarización del empleo, son una consecuencia directa de la errática política económica y de toda esa alucinación comunistoide expresada en la invasión de fincas, la expropiación de empresas y el hostigamiento a los sectores productivos, lo cual terminó destruyendo la economía y arruinando al país. ‎Así las cosas, hoy el "presidente obrero" engaña a los trabajadores con un aumento del 30% que es devorado por la inflación antes de hacerse efectivo. La pobreza no está solo referida al salario. Con un país sin capacidad de producción y un Estado que importa desde repuestos y alimentos hasta el papel tualé‎, cualquier aumento salarial puede convertirse en “sal y agua” para los trabajadores y ser una estocada mortal para las pocas empresas realmente productivas que quedan en pie. Es decir, el problema no es cuanto se incrementa el salario sino como revertir las nefastas políticas económicas que han empobrecido a la Nación y tal cosa, no es posible con este gobierno incapaz de generar la confianza necesaria para reactivar a la industria y al sector agropecuario. ‎ Por eso debemos concluir que la crisis es muy grave, no es coyuntural y tiende a agudizarse. Que una de las más sólidas empresas alimenticias de América Latina (Polar) deba paralizar la producción de pastas, es un indicador de lo que viene. El pronóstico es desolador pero el gobierno parece no entender la situación en que se encuentra. Cree que puede resolver todo prohibiendo las protestas o radicalizando sus posturas. Dando bandazos, de error en error, al gobierno se le cierran las puertas del futuro y el sentimiento de cambio crece como una ola en medio de la tempestad. PUBLICADO 02/MAYO/14.

PATEAR LA MESA

El gobierno juega con fuego y su ceguera puede conducirnos a una tragedia. La honda crisis económica y social, los elevados niveles de conflictividad, las protestas estudiantiles, el descontento en las calles y en las FAN, hacen que crezca la desesperanza y que el gobierno cada día pierda más apoyo. Por otra parte, que exista una inmensa duda sobre las elecciones en Venezuela y que apenas 36% de la población piense que es Maduro quien realmente gobierna, son signos inequívocos de la crisis de legitimidad. Todo ello conforma un cuadro dramático pero el gobierno se hace la vista gorda, cree que ignorar la crisis es una solución y pierde la única oportunidad que tiene el país de construir una salida pacífica y evitar un doloroso rio de sangre: el diálogo. Que tal oportunidad se pierda no será culpa de la oposición responsable, la cual asiste a ese diálogo plenamente consciente de que su interlocutor carece de vocación democrática, tiene un talante autocrático y un inocultable rasgo militarista. Sin embargo, quien está entrampado es el gobierno: Si no cede, ni ofrece soluciones, además de reafirmar sus carencias democráticas estará generando las condiciones para que las protestas se extiendan. “Cuchillo pa´su garganta”, para decirlo en términos coloquiales. Si el gobierno no libera a los presos políticos, ni da señales de querer rectificar, solo demuestra que su compromiso con la paz es pura demagogia y estará defraudando a la inmensa mayoría de la población (87% según Datos CA) que considera pertinente un diálogo, aunque muy pocos tengan expectativas positivas con este gobierno cubano-militar. En otras palabras, que el diálogo sea un fiasco será el fracaso del gobierno y le significará un alto costo político. Los que cuestionan el diálogo por inútil, pueden tener razón pero olvidan que esos encuentros son un escenario para contrastar dos realidades: Un régimen autocrático Vs una Venezuela democrática, lo cual tiene más valor de lo que muchos se imaginan. Las fuerzas‎ que promueven el cambio están obligadas a reafirmar su compromiso democrático, no pueden negarse ‎al diálogo y mucho menos cuando tantas miradas están colocadas en nuestro país. Que sea el gobierno quien patee la mesa con su actitud irresponsable. Que los venezolanos y el mundo vean quien es quien. El gobierno cava su propia tumba, todas sus actuaciones recientes han sido equivocadas y derivan en una pérdida de respaldo popular, aun cuando puedan satisfacer a los sectores oficialistas más radicales. Para esos reductos “gobierna” Nicolás, con la daga de Diosdado a su espalda y la bota cubana en el pescuezo. Al patear la mesa, el régimen queda en evidencia, la necesidad de cambio aumenta, se convierte en una convicción y aunque se cierran los espacios democráticos, la ola crece y se hará indetenible. Lamentablemente esa actitud agudizará la crisis del país y pudiera abrir las puertas a la violencia. Francamente, no hay mayor desgracia que un gobierno fracasado, corrupto y autoritario, ni hay peor ciego que aquel que no quiere ver! PUBLICADO 25/ABRIL/14.

¿A DONDE CONDUCIRÁ EL DIALOGO?

Hacer un resumen de la reunión gobierno-oposición es relativamente fácil: el gobierno mintió al país, evadió su responsabilidad, intentó incriminar a la oposición en la creciente violencia y repitió la misma retórica de los últimos 15 años. Para cualquier espectador: nada nuevo, más de lo mismo. Por su parte, la oposición aprovechó la oportunidad para solicitar la liberación de los presos políticos, el cese de la represión y respeto a la Constitución, mientras develaba en cadena nacional la devastadora crisis política, social, económica y moral de la Nación. Quizás para muchos ello tampoco sea novedoso pero fue contundente. No importa lo que piensen los oficialistas y opositores convencidos, cada uno “jalará la brasa para su sardina”, por ahora. Tampoco es relevante la opinión de los radicales de lado y lado, quienes coincidirán en la descalificación e insulto. Mucho menos preocupa la opinión de los “francotiradores” y cultores de la anti-política. Lo importante es lo que pensará ese pueblo chavista que cada día se distancia más del gobierno de Maduro. ¿Se sentirán cautivados por el "disco rayado" del oficialismo o más bien, los sólidos argumentos opositores inspirarán alguna reflexión? La segunda opción luce mas probable y por si misma, tal reflexión es ganancia para las fuerzas democráticas. La inaplazable necesidad de cambio se sintió mucho más allá de las fronteras opositoras. Es clave destacar que el diálogo no supone el fin de la protesta, al contrario quedó claro que debe mantenerse, extenderse y popularizarse, siempre por la senda constitucional. Ahora bien, la presencia de los cancilleres y del Vaticano en ese encuentro evidencia que el gobierno necesita ayuda, es una prueba irrefutable de su incapacidad para dialogar con "el otro país" ergo confirma su talante autoritario e intolerancia. Así que la sola convocatoria es una derrota para el régimen, sobre todo en el escenario internacional. Y aunque Maduro sienta que salió bien librado del encuentro, la realidad es otra. En todo caso, hay que ver este diálogo –mas bien diríamos “debate”- como un proceso y no como un evento. Es una pelea a 15 round y en cada uno, el gobierno tendrá que ceder algo para avanzar. Al final, ¿a donde conducirá esta iniciativa? El gobierno está obligado a rectificar y si lo hiciera seria bueno para el país, pero la actitud cínica e irresponsable de los voceros oficialistas hacen que nadie se genere grandes expectativas. Por supuesto, el mayor costo político de un eventual fracaso lo pagaría el gobierno. Si la oposición no obtiene logros tangibles y “se para de la mesa”, la responsabilidad es exclusiva de quien tiene el poder y en consecuencia, está obligado a ceder y a ofrecer soluciones. Si Nicolás manipula el diálogo para ganar tiempo –como se presume- se colocará de espaldas al país, se debilitará aun más y se elevará la expectativa de cambio. En efecto, el 87% del país piensa que “gobierno y oposición deben llegar a acuerdos a través del diálogo” (Encuesta Datos). En términos boxísticos, la MUD ganó este primer asalto. Esperemos el 2do round…. PUBLICADO 11/ABRIL/14.

LOS FRANCOTIRADORES

Los que reenvían mensajes descalificando a líderes opositores y a la MUD ¿sabrán el daño que le hacen a la UNIDAD, a las fuerzas de cambio y al país? Los emisores de esos mensajes si lo saben. La mayoría es gente del propio gobierno y del G2 cubano, otros son seudo-opositores y oportunistas que juegan a sus intereses personales y no tienen liderazgo real. También hay gente que por ingenuidad y de buena fe, termina siendo mensajero del régimen. Otros no son tan inocentes –por ejemplo- no es casual que Patricia Poleo dedique un extenso programa a descalificar e insultar a Henrique Capriles, utilizando para ello mentiras, medias verdades y tergiversando la realidad. No debería personalizar, ni ocuparme de esta periodista pero es un buen ejemplo de los francotiradores que buscan acribillar a la unidad. Capriles no necesita quien lo defienda pero poner en duda su integridad es una bajeza. Al contrario, ha actuado siempre con firmeza ante el régimen, demostrando madurez política y sentido de responsabilidad, sin caer en tentaciones que pudieran conducir a una tragedia, donde los muertos los pondría el pueblo y no quienes hacen oposición desde un teclado o peor aún, desde Miami como la susodicha. La señora Poleo miente cuando afirma que Capriles no ha acompañado al movimiento estudiantil, basta preguntar al Presidente del FCU o a cualquiera de los miembros del movimiento estudiantil organizado. Es mentira que los alcaldes de Primero Justicia han reprimido las manifestaciones, sobran evidencias de lo contrario. Es una canallada difamar a Julio Borges porque expresó la posición de la MUD (incluyendo a Voluntad Popular) sobre el respeto que merece “el pueblo chavista”, cada vez más distante de Nicolás Maduro, por cierto. Sorprende que sustente algunas de sus calumnias en publicaciones de un portal oficialista y en declaraciones del Ministro de Interior y Justicia de este gobierno mentiroso. ¿Por que esas fuentes le inspiran confianza? Decir que el liderazgo de Capriles “decayó abruptamente” es otra mentira -basta revisar las encuestas- pero francamente eso es irrelevante, lo importante es reconocer que la unidad es indispensable para promover el cambio, indistintamente de cual sea la ruta. Hoy más que nunca, Venezuela necesita a Capriles, Leopoldo, María Corina y a todo el liderazgo democrático remando en un mismo sentido. Entonces ¿Qué persiguen aquellos que procuran fracturar el espíritu democrático? ¿Quienes son los colaboracionistas y traidores? Estos francotiradores siempre se muestran como radicales opositores, condición que en ningún caso justifica que se crean amos de la razón y con el derecho a insultar a otros opositores que piensan distinto. Lo que nos diferencia de este gobierno que irrespeta nuestra libertad de pensamiento es precisamente el reconocimiento de la pluralidad democrática y su implícita diversidad. El cambio será inútil si vamos a sustituir unos radicales por otros, si los que están de “este lado” terminan compitiendo en el terreno de la intolerancia con los déspotas que hoy ejercen el poder. PUBLICADO 04/ABRIL/14