viernes, 30 de septiembre de 2016

LA CANDIDATURA DE DIOSDADO


Algunos piensan que Francisco Ameliach -por ahora, gobernador de Carabobo- anunció la posible designación del Teniente Cabello como Vicepresidente de la República para decirle al país algo así como: "si revocan a Maduro, les ponemos a Diosdado" y supuestamente meterle miedo a la sociedad venezolana. ¡Nada más falso!  Más bien esta bufonada es expresión de los conflictos internos del PSUV, una reacción del militarismo rancio que sueña con ocupar la silla presidencial: una casta verde oliva hundida en la corrupción y acusada de mantener vínculos con el narcotráfico internacional que acaricia la idea de evitar el revocatorio este año, cosa que no depende de los deseos de ellos, ni de nadie en esta cofradía con vocación delictiva que actualmente ejerce el poder en Venezuela.

En todo caso, ese militarismo putrefacto quisiera un revocatorio el próximo año para cortarle la cabeza a Nicolás Maduro, habiéndole torcido previamente el brazo para forzar la designación de Diosdado y dar un último zarpazo usurpando el poder.   Por fortuna, "deseos no preñan", dicen en oriente.  Lo relevante del asunto es que la anunciada candidatura para sustituir a Maduro genera más temores, incomodidades y reacciones dentro del chavismo que en la oposición.  Ahora Nicolás Maduro ha reconfirmado que el Teniente le cortará el cuello a la vuelta de la esquina y tendrá que pensar en la conveniencia de negociar condiciones para el revocatorio este año.  Hasta Aristóbulo que bajo la manga guardaba su carta, ahora siente el mazo en el cogote.  El Teniente es una de las figuras más detestadas de la política venezolana y es dentro del chavismo donde es más despreciada, es ahí donde su mazo plástico se ha convertido en emblema de la repugnancia y a la vez de la comicidad.  De manera que el anuncio del Sargento Ameliach genera más convulsiones en el chavismo.  Para la oposición, lejos de asustar, ésta candidatura es un aliciente para salir este mismo año de la tragedia que hoy embarga a la Nación.  En algo hay consenso, ni la oposición, ni el chavismo se calarían a éste cavernícola de la política en Miraflores, a quien llamo Teniente no por ignorancia -por cierto- sino porque desconozco ese ascenso ilegal a Capitán que recibió luego de ser dado de baja de la FAN por golpista.


Después de anunciar esta candidatura, con más razón el referendo debe ser en el 2016.  En efecto, aquí debe haber revocatorio este año y hay muchas razones para ser optimista, entre otras: la extrema debilidad del gobierno, la fractura interna del PSUV y la FAN, la enorme presión internacional, la agudización de la crisis y la más importante: la voluntad inquebrantable de una inmensa mayoría de venezolanos, lo cual nos permite inferir que la recolección del 20% de las firmas será una jornada con un marcado carácter épico -por las condiciones tan adversas impuestas- cuyo éxito pudiera dejar "en la lona" a este régimen moribundo. Llegar boqueando al 2017 es también un pésimo escenario para el gobierno y en especial para Nicolás Maduro.  En fin, que haya o no revocatorio dependerá de usted, de mí y de cada ciudadano de este país… Jamás de lo que ellos digan!  #YoRevoco

@richcasanova

viernes, 16 de septiembre de 2016

EL SECRETO DE LA NEGOCIACION


Al cumplirse 10 años de la caída del Muro de Berlín, asistí a un evento internacional en la capital alemana y visité Potsdam, un pequeño pueblo cercano donde -al final de la 2da Guerra Mundial- se reunieron Harry Truman, Winston Churchill y Stalin.  Se respiraba historia en los salones del Palacio Cecilienhof, sede de aquel memorable encuentro.  En efecto, para garantizar la paz y sentar las bases para la recuperación de Europa, Churchill -liberal y aun hoy exponente de la derecha más conservadora- coincidió con el Presidente de EEUU -cuna del capitalismo- en la necesidad de acordarse con Iósif Stalin, líder del comunismo internacional, responsable de la muerte millones de personas: un desalmado genocida, peor que Hitler. Naturalmente, ni ellos, ni la comunidad internacional hizo caso a quienes advertían que con delincuentes y dictadores no se negocia. Pero es normal y comprensible que para el ciudadano común existan situaciones "inaceptables" que el estadista debe valorar e incluso asumir más allá de sus preferencias personales. Una motivación honorable, una causa justa o un objetivo trascendente es lo que agrega valor ético a la acción política. Así, no es contrario a la ética negociar con un delincuente que ha secuestrado a su familia, si el objeto es salvarles la vida. Tampoco la coyuntura cambia lo sustancial: ¿Dejó de ser liberal Churchill por reunirse con el líder del comunismo? ¿Truman dejó de ser un hombre decente? No, y se consolidó la paz en Europa hasta el sol de hoy.

Otros plantean que las negociaciones deben ser públicas y exigen información anticipada sobre ellas. Es una soberana ingenuidad pensar -por ejemplo- que las negociaciones de los norteamericanos con el comunismo vietnamita podían hacerse públicas en medio de la cruenta guerra que libraban. Lo relevante era facilitar una salida y promover la paz, salvar millones de vidas. Así ha sido siempre, los recientes acuerdos entre el malévolo imperio yanqui y la Cuba revolucionaria, tienen como antecedente más de 2 años de reuniones secretas promovidas por Obama. ¿Acaso dejó de ser el presidente del país más poderoso del planeta por reunirse con el decadente comunismo cubano? Al contrario, al fin entendieron los gringos que invadir la isla con Dólares es más efectivo que Bahía de Cochinos. Aquellas reuniones fueron tan secretas como cuando Washington se propuso el objetivo de rescatar a Alan Gross, el ciudadano estadounidense que llevaba cinco años preso en Cuba.  Y se logró su liberación porque el secreto de una negociación exitosa es discreción y prudencia. Si las negociaciones entre el moribundo gobierno chavista y la mayoritaria oposición democrática buscan concretar una salida a la crisis y evitar un derramamiento de sangre, luce estúpido apostar a su fracaso.  Aprovechar esa oportunidad para intentar descalificar a la MUD demuestra que en el chavismo y en la oposición hay grupos radicalizados que apuestan a la violencia: "río revuelto, ganancia de pescadores".  Al actuar con imprudencia, Nicolás Maduro solo evidencia su incompetencia política, queda como un pobre diablo.  Tal vez quemó su última carta y con certeza "se rayó" más aún en el escenario internacional, incluso con los presuntos mediadores a quienes ahora deja sin argumentos. ¡La desconfianza en el régimen crece y el país sigue hundiéndose!  #YoRevoco


Twitter: @richcasanova

viernes, 9 de septiembre de 2016

LA PARADOJA DE UN GOBIERNO FANTASMA

Una parte de toda religión se fundamenta en el miedo, bien sea a la muerte, al infierno, al castigo de Dios o a la pérdida de "beneficios" como la vida eterna. Sin dudas, hay muchas similitudes entre la política y la religión, sobran los testimonios de su íntima proximidad a lo largo de la historia.  El punto es que el miedo ha sido un mecanismo de dominación o de control social que -al menos en lo político- la democracia ha intentado superar. Los regímenes autocráticos y populistas han optado por el miedo como herramienta predilecta para “cautivar” a las masas: en principio, es el miedo a ser excluido, a ser parte de "las minorías" generalmente sojuzgadas o ser blanco del odio de los poderosos.  Todo cambia cuando las víctimas se dan cuenta que son mayoría o si el "gran benefactor" no tiene como pagar la cuenta y su fracaso es fuente de decepción. Es entonces cuando el miedo se revierte, las dictaduras actúan con desesperación y la violencia suple a la prebenda.  Le urge atemorizar a la sociedad no sólo para recuperar control sino para ocultar sus propios miedos, los cuales se hacen más visibles y crecen día a día, en la misma medida en que crece la voluntad de cambio. 

Vemos a una sombra espectral que quiere meter miedo a quienes no creen en muertos, ya no le temen, ni le respetan. Es la paradoja de un gobierno fantasma que termina asustado: una "revolución armada" cuyo líder no puede contener el rechazo, las cacerolas lo ponen a correr y la idea del revocatorio le vuela los tapones.  Pese al alto costo político, intentan huir de la realidad persiguiendo y encarcelando a opositores, tal como el cobarde silba en la oscuridad. Cuando secuestran por horas a Henrique Capriles en un aeropuerto internacional, es porque les aterra y no saben cómo enfrentarlo ¿Qué otra explicación puede tener? El gobierno está tan débil que en todos lados ve conspiraciones y cualquier marcha le pone la carne de gallina. Su extrema debilidad se hace obvia, por eso actúa cada vez con más violencia, intentando mostrar una fortaleza que no posee. Como toda dictadura en fase terminal, apuesta a que una parte del país crea que “están resteados” y no tienen miedo, cuando realmente ya no controlan sus esfínteres, sufren lo que algunos han llamado el "miedo a la no supervivencia", que es muchísimo mayor que el temor a perder el poder o al rechazo. Es el miedo a un repudio absoluto, a una soledad infinita, quizás tras unos barrotes, sin sueños, ni alegrías, torturados por su propia consciencia, condenados por su historia y ahogados en un mar de resentimientos.  Una suerte de muerte en vida, la eterna oscuridad...

Lógicamente, la realidad venezolana genera incertidumbre a cualquiera y no pocas angustias. Es todo un país preocupado por la deriva de un gobierno cobarde y desesperado, un temor que podemos resumir con una frase de William Shakespeare: De lo que tengo miedo es de tu miedo.  Puede haber temores aquí y allá pero cuando intento distinguir entre uno u otro sentimiento, viene a mi memoria otra frase que en alguna parte leí y cuyo autor no recuerdo: "el corazón que está lleno de miedo, seguro está vacío de esperanza".   Y esa es la gran diferencia: nosotros no albergamos miedos en el corazón,  nos anima la esperanza de un futuro mejor, el cambio que anhela el país y que una inmensa mayoría se propone hacer realidad. La Venezuela democrática derrota al miedo con la esperanza y así seguirá en las calles... #YoRevoco


Twitter: @richcasanova

viernes, 2 de septiembre de 2016

BALANCE: EL EFECTO CATALIZADOR DEL 1S

La clave del éxito del 1S está en su impacto como catalizador del proceso de cambio pero antes de abordar el tema, conviene puntualizar lo siguiente: la movilización jamás tuvo un "objetivo más trascendente", tal como sugiere una versión que le limpia el rostro al gobierno. Tampoco su éxito es producto de "un giro inesperado" debido a un supuesto "desmembramiento del alto mando opositor" o ante la arremetida del régimen. ¡Nada de eso! Todo salió tal como se planificó y se anunció, su éxito responde a una estrategia bien definida que ha logrado posicionarse en la unidad opositora y reafirmar la ruta democrática y electoral.  La jornada permitió consolidar el liderazgo y la unidad en el campo opositor, al demostrar poder de convocatoria y una enorme capacidad de movilización; dejando en ridículo ante el mundo al gobierno con su tesis golpista, al evidenciarse la vocación democrática de la oposición y el carácter cívico de la protesta.

Ahora ¿cómo explicar su efecto catalizador en el proceso de cambio? Veamos, no importa cuán violenta sea una protesta, siempre será posible reducirla con la fuerza militar: los ciudadanos no tenemos fusiles, tanques o aviones. Lo que realmente pone fin a una dictadura es la imposibilidad de sostenerse al perder su legitimidad, principal factor de gobernabilidad.  Pérez Jiménez no abandonó el poder por la violencia de la protesta sino por perder el control de los mecanismos de coacción institucional.  Todas las dictaduras pierden el poder cuando su ilegitimidad fractura la cadena de mando. Cosa que le pasó a Chávez cuando inútilmente llamaba a un general para activar el Plan Ávila y masacrar a la ciudadanía.  Alguien advertía que el 1S no cambia la opinión del CNE y el TSJ sobre el revocatorio, quizás, pero si cambia la realidad y la opinión en ese entorno de poder. Al participar en la marcha, imaginaba lo que pensaban esos soldados y policías al ver esa oleada de venezolanos en actitud pacífica y defendiendo sus derechos. ¿Qué pensarán sobre su propia realidad, si su familia sufre por igual la escasez, la inflación, inseguridad, etc?  Pensarían ¿Cómo hago para detener a esta inmensa mayoría? ¿Será capaz mi Teniente de obligarme a disparar a este rio humano?  Mientras tanto lo mismo piensa el Teniente con relación al Capitán y algunos Generales o Coroneles se preguntan  ¿Y Maduro hasta dónde pensará llegar? La misma duda que se planteó el Alto Mando Militar de Pinochet, hoy se la plantean los empleados públicos venezolanos que obligan a marchar y los chavistas de base que siempre han sido víctimas del populismo. Por ejemplo ¿Qué pensaban los chavistas apostados en la Redoma La India cuando veían que en ese mar de gente se confundía la gente de los barrios de La Vega y Antímano con sus vecinos de Montalbán o El Paraíso?  Y así en toda Venezuela, una mayoría contundente que se mostraba como un solo pueblo: ese 80% que -según todas las encuestas- rechaza a este gobierno, no es un simple dato estadístico sino gente de carne y hueso, firme, en la calle.  ¿Cómo ese activista puede frenar el cambio, si le dijeron mil veces que "el pueblo unido, jamás será vencido"?   En fin, quizás el 1S no toque a las cúpulas podridas pero su fuerza imponente es demoledora en los cimientos de esa estructura de poder sostenida solo por las bayonetas y por unos resortes "institucionales", hoy deslegitimados por un pueblo que pacíficamente toma las calles y permanece en ella para defender sus reivindicaciones. Ese efecto es un catalizador del proceso de cambio, sin duda!  #YoRevoco


Twitter: @richcasanova