lunes, 4 de diciembre de 2023

A Yulimar Rojas, Ronald Acuña Jr. y muchos más.

Hace unos días apareció Diosdado Cabello con una camisa supuestamente entregada por Ronald Acuña Jr. Nadie vio el acto de entrega solo la camisa firmada por nuestro MPV, pero eso fue suficiente para descomponer el ánimo a mucha gente que padece a este gobierno hambreador y corrupto.  Luego vimos a Yulimar Rojas con Nicolás Maduro y se le revolvió el estómago a casi todo el país.  Estos episodios, además de ser una pieza de la maquinaria propagandística del gobierno, responde a una colosal manipulación inspirada en la "ganancia por asociación", una operación táctica inserta en ese diseño estratégico que he llamado la “Política de igualación por abajo", a la cual nos referiremos al final.  

Por supuesto, en este gobierno indolente -que tiene más de 80% de rechazo- es lógico que sus prominentes y más desprestigiadas figuras intenten lavarse el rostro, utilizando la imagen de las estrellas del deporte que gozan de la admiración de todos los venezolanos. A eso nos referimos con "ganancia por asociación", algo que todo el mundo practica eventualmente: cualquiera quisiera que su nombre se asocie a referentes positivos.  Es algo natural pero cuando se tiene una reputación oscura, máculas en el rostro y se está en el ejercicio del poder, estás acciones se convierten en una vil manipulación.    Así las cosas, los atletas que aparecen al lado de estos sombríos personajes, terminan siendo víctimas de estas maniobras y también de la sentencia injusta de una sociedad hastiada de los abusos y desmanes del autoritarismo imperante.  

Esto no sucedería si la democracia fuera la norma y la tolerancia -el respeto a las diferencias- fuese una práctica habitual de las élites del poder.  Ciertamente, en cualquier país del mundo, los deportistas que son merecedores de reconocimiento, son invitados y homenajeados por el gobierno de turno, sin que ello tenga connotación política o ideológica. ¡No pasa nada! En el pasado, gobiernos del bipartidismo condecoraron a intelectuales de izquierda o deportistas que no simpatizaban con ellos, sin que se generará un trauma en la sociedad. Pero como este gobierno fracasado ha pasado dos décadas estimulando una polarización extrema y dividiendo a la sociedad venezolana, es comprensible que el repudio que siente el país por ellos se traslade automáticamente a cualquiera que aparezca a su lado.  En este punto es donde nosotros debemos cambiar nuestra perspectiva. Obvio que el régimen intenta sacar provecho de logros en lo que no tiene arte ni parte. Pero ¿qué esperamos de estos atletas cuando reciben un homenaje por parte del gobierno? ¿Aspiramos que le digan NO y entren en la arena política o alimenten la confrontación? ¿Por qué un atleta -que no es político y se debe a todos- va a asumir un rol que no le corresponde?   Lo que no deberíamos hacer es no dar a estos episodios la atención que el gobierno espera que le demos y entender además que las "muestras de simpatía" de los homenajeados son parte del histrionismo que caracteriza a esos actos, son casi parte del protocolo.  Algunos se pasan como Rubén Limardo que se convirtió en activista del PSUV, pero hasta en este caso hay que concluir que es su derecho.  

A todo evento, tenemos que sentirnos orgullosos de tener en Venezuela a deportistas como Yulimar Rojas, Ronald Acuña Jr. y muchos otros que engalanan nuestro tricolor.  Todos ellos llegaron a la cima a pesar del gobierno, haciendo un colosal esfuerzo personal que debería ser motivo de reconocimiento y admiración, indistintamente de su posición política y pasando por encima de las manipulaciones del régimen. En lo personal -y creo que a muchos- nos conmueve la humildad y la emoción que transmiten al llegar a la cúspide, sabiendo que casi todos "vienen de abajo" y han alcanzado el éxito por su pasión, disciplina y perseverancia.  Muy poco o nada le deben a los gobiernos, mucho menos a éste que solo sirve como ejemplo de corrupción y destrucción. 

Honestamente no me preocupa que Maduro o Cabello tengan la ilusión de apropiarse de triunfos que no le pertenecen. ¡Eso no pasará! El país los conoce y justo por eso los repudia.  Sin embargo, hay algo que debemos advertir: el gobierno ha sido coherente en la aplicación de lo que he llamado la "Política de la igualación por abajo", cuyo propósito es generar la matriz de opinión de que todos somos como ellos, todos somos corruptos, “todos los políticos son iguales", nadie sirve, etc.... Y así no solo se frustran las expectativas de cambio, sino que la corrupción de las cúpulas se diluye, se minimiza y termina siendo banal.  Si esa política se extiende a otras esferas, conviene que frente al fracaso de la revolución, los éxitos de otros también sean banalizados o reducidos.  Cualquier régimen autoritario, considerará que dedicación, disciplina y constancia son virtudes que no deben destacar pues atentan contra un objetivo fundamental: la sumisión total de la sociedad. Es fin, al colocar a su lado a estos atletas, provocan que la gente los rechace y que sus méritos se minimicen para así igualarlos a todos con una cúpula que carece de ellos.

Quien aspira a mantener control social, no puede permitir el surgimiento de liderazgos emergentes en ningún ámbito de la sociedad.  Por eso, deben evitar que un atleta exitoso, se convierta en un referente. Infructuosamente intentarán apropiarse de sus victorias y lesionar su imagen, objetivo que solo es posible si el país cae en la provocación y responde como ellos esperan. Es decir, cuando nosotros -los demócratas- descalificamos o emitimos juicios inapropiados contra estas estrellas del deporte -sin querer- le servimos de megáfono al régimen en esta labor de molienda. 

Por todo lo expuesto, hoy más que nunca, reitero mi inmensa admiración y respeto por Yulimar Rojas, Ronald Acuña Jr. y por muchísimos otros que han puesto todo para superar los obstáculos, vencer las adversidades, alcanzar grandes metas y llegar a la cumbre de su carrera deportiva, algo que nos emociona profundamente y nos llenan de orgullo como venezolanos. Estas líneas son también mi humilde homenaje a ellos… ¡Pa'lante, muchachos! ¡Dios bendiga a Venezuela!

Twitter/X: @richcasanova


viernes, 17 de noviembre de 2023

Votar o no en el referéndum / Parte II

En Venezuela nadie duda que el Esequibo es nuestro y para reafirmarlo no hace falta un referéndum. La defensa de nuestro territorio no puede depender de una consulta popular, sino que es una obligación constitucional del Estado, en todas sus instancias.  A eso se refiere María Corina Machado cuando dice que "la soberanía no se consulta, se ejerce".  Si a esto sumamos que el resultado de ese referéndum no es vinculante a los fines jurídicos, ni se traduce en una solución efectiva y real al problema, termina uno preguntándose ¿Y para qué sirve esta consulta? ¿Qué estoy avalando? Preguntas a las que daremos respuesta en el camino...

Se le quiere consultar al pueblo sobre una materia que -salvo los expertos- todos desconocen. Para ejercer responsablemente el voto habría que conocer al detalle el Laudo Arbitral de París de 1899, el Acuerdo de Ginebra de 1966 y todo el proceso jurídico y diplomático.  Le he preguntado a varios oficialistas y están promoviendo una iniciativa que no pueden explicar. No parece un acto responsable y fácilmente se infiere que responde a una campaña política con objetivos subalternos. 

Hablando de expertos, Elías Pino Iturrieta recordaba que en la profunda investigación sobre el Esequibo encargada por las cancillerías de la democracia, "destacaron el tesón y la lucidez de tres historiadores jesuitas: Pablo Ojer, Hermann González Oropeza y José del Rey Fajardo, quienes hicieron un análisis irrebatible del asunto". Pero hay muchos más y uno se pregunta ¿Qué pasó? ¿Por qué la improvisación y los intereses electoreros van a lanzar por la borda un trabajo y una lucha histórica con genuino sentido patriótico? Más aún, entre los expertos y también entre gobierno y oposición, existe consenso en torno al Acuerdo de Ginebra de 1966 como la base para dirimir el diferendo y sin necesidad de referéndum, la obligación del gobierno es hacerlo valer, punto. Desde esta óptica, la consulta convocada es inútil y plantea un falso dilema.     


La pregunta tres es un acto inverosímil de demagogia: el Tribunal Internacional de Justicia (TIJ) es un órgano de las Naciones Unidas (ONU) y su jurisdicción, atribuciones y competencias están establecida en el estamento legal que rige a este organismo multilateral internacional, en ningún caso depende de la opinión de los ciudadanos de un país miembro.  Si hay objeciones sobre la jurisdicción del TIJ es el Estado venezolano -a través de su representante ante la ONU- quien debe ejercer los recursos correspondientes.  Pedirle al pueblo venezolano que desconozca de alguna manera a este alto tribunal, es como pedirle al pueblo de Anzoátegui que desconozca la jurisdicción de la TSJ, cosa que no depende de su opinión sino de lo establecido en la Constitución. 

La obligación del gobierno venezolano es clara: defender nuestra soberanía ante ese tribunal internacional y ante cualquier instancia, ello no debe estar sujeto al resultado de una consulta.  Sin embargo, pareciera que el gobierno quiere abandonar esa instancia y hacerlo amparado en un supuesto “mandato del pueblo”.  Juristas e internacionalistas han planteado que existen enormes riesgos si se abandona el caso que cursa en el TIJ ¿Con este referéndum el gobierno pretende responsabilizar al pueblo de futuros fracasos?  En efecto, si el gobierno abandona el ámbito del TIJ y perdemos ese territorio, seguramente dirán que ellos cumplieron con el mandato y que ese tribunal es un parapeto del capitalismo, la oligarquía, el imperio y bla, bla... Ya hemos oído ese disco rayado.  Algunos desde el campo democrático han propuesto votar NO a esta pregunta. Es una opción, aunque hay muchas reservas sobre la utilidad de ese voto negativo, pues así el SI obtenga 100 votos, vendrá una campaña mediática para decir que fueron millones y de nuevo estaremos ante un absurdo y estéril debate.  

Luego, la pregunta N° 4 es una perogrullada. ¿quién en Venezuela puede estar en contra de “oponerse, por todos los medios conforme al derecho, a la pretensión de Guyana…”? ¡Nadie!

Y finalmente, tenemos la pregunta N° 5: una burla y un acto de cinismo. Sugieren darle cédula venezolana a los guyaneses pero no funcionan los consulados para que los venezolanos en el exterior puedan cedularse y menos inscribirse en el registro electoral.  Hablan de darle "atención integral a la población" que ocupa ese territorio, pero los venezolanos estamos viviendo una pavorosa crisis social y sufrimos la desatención del gobierno. Ni hablar de la propuesta de anexar ese territorio como un estado en el mapa venezolano: si no se resuelve el diferendo fronterizo, más allá de la satisfacción personal ¿Qué sentido tiene esa medida y cuál es su valor jurídico? Es sólo un efecto propagandístico.  Por cierto, antes en los libros de primaria, el mapa traía demarcado ese territorio como “Zona en Reclamación” y casualmente con esta “revolución” desapareció de los textos esta distinción. ¿Ahora proponen anexarlo como un estado?   

Es muy importante destacar que hay una parte significativa de la oposición democrática que -conscientes de la situación descrita- han optado por llamar a votar, haciendo oportuna la campaña para develar la farsa.  Otros hablan de “no dejar libre la cancha” al chavismo y también están quienes afirman que ese referéndum es una estrategia para sacar a la oposición de la ruta electoral o generar confusión al devolvernos al discurso abstencionista, justo antes de las elecciones presidenciales del 2024.  Estas y otras consideraciones son argumentos válidos para ejercer el voto, pero la decisión es suya. Estas líneas tan sólo pretenden dejar claro que no es una iniciativa responsable, ni aporta a una solución real, está claramente está inspirada por intereses facciosos o subalternos del gobierno, y no es jurídicamente vinculante, aunque tenga efectos políticos.

A propósito, es una pena que el gobierno lance esta iniciativa unilateral, en vez de aprovechar el Acuerdo de Barbados –donde se incluyó el tema- para construir una agenda consensual, con genuino sentido nacionalista y capaz de unir efectivamente a los venezolanos en la defensa de nuestro territorio.  En fin, solo queda expresar nuestro respeto a los venezolanos que decidan votar y a quienes decidan no hacerlo: no podemos generalizar diciendo que quien vote le hace el juego al régimen o quien se abstenga es traidor a la patria.  Este episodio no puede servir para dividir más a la fragmentada sociedad venezolana y tampoco puede ser una excusa para la coacción y la represión.  El gobierno debe entender que más allá de su angustia y desesperación, el sufragio es un derecho y cada quien decide si lo ejerce o no.  Por tanto, es ilegal e inmoral obligar a los trabajadores públicos a votar o amenazar a nuestro pueblo con quitarles supuestos beneficios, si no participan en la consulta. ¡Dios bendiga a Venezuela!

Twitter / X: @RichCasanova


lunes, 13 de noviembre de 2023

Votar o no en el referéndum / Parte I

El gobierno ha convocado un referéndum para consultar al pueblo sobre el diferendo fronterizo con Guyana, al respecto hay varios aspectos que abordar: obviamente, la pertinencia y validez de esa consulta. Pero antes es necesario inferir la lógica detrás de ella, es decir ¿Por qué hacer esa consulta luego de más de dos décadas de revolución? ¿Acaso no es un claro reconocimiento del fracaso de su política internacional? ¿Por qué convocarlo justo ahora en la antesala de unas elecciones presidenciales? ¿Qué tiene que ver está convocatoria con la realidad política de Maduro y la dinámica interna del PSUV?  Veamos...

Algunas encuestas revelan que el nivel de respaldo a Nicolás Maduro está en torno al 9%, mientras el PSUV tiene entre 15 y 20%.  O sea, un considerable sector del partido también quiere un cambio o al menos, tiene reservas con relación a la reelección de Maduro. Así que su candidatura no solo tiene a más del 80% del país en contra, sino que la exigencia de cambio comienza a tomar cuerpo también dentro de su propio partido. Una situación compleja e inédita en el campo oficialista.  

También otros factores entran en juego: además de toda la presión internacional que se ejerce vía Mesa de Negociación, tenemos el triunfo contundente e incuestionable de María Corina Machado en las primarias y lo que este proceso significó en términos de revitalización del mundo opositor, vista la masiva participación, la movilización espontánea y el resurgimiento de una esperanza de cambio.  En efecto, la fuerza que ha tomado la dinámica opositora amenaza con convertirse en una indetenible ola de cambio, un tsunami electoral en el 2024.  Así las cosas, Nicolás Maduro se ha visto obligado a "hacer algo" antes que el 9% que hoy le respalda, aceleradamente se convierta en 3% y en un irresoluble problema de gobernabilidad interna.  

Con una lógica electoral impecable, Maduro concluyó que el primer paso es reunificar sus fuerzas. En otras palabras, requiere con urgencia que el 15 o 20% que –por ahora- tiene el PSUV, se cohesione alrededor de su candidatura.  Luego en la campaña, cree posible llegar a un 25 o 30% con lo cual pudiera ganar las elecciones, siempre que logré estimular nuevamente la abstención y dividir a las fuerzas democráticas con candidatos seudo opositores, ambas cosas poco probables en el momento actual.  Para recuperar el terreno que internamente ha perdido, Maduro inició un brutal ataque contra las primarias.  Mientras no cruce la línea y se mantenga en el plano de la retórica, no pondrá realmente en riesgo los Acuerdos de Barbados.  Para el mundo opositor ese ataque a las primarias es una muestra de debilidad y desesperación por parte del régimen. Y efectivamente lo es, pero no le importa pues esos ataques pretenden generar una reacción en sus huestes y evitar que se sientan perdidos.  La idea es que los suyos sientan que "ahí está el mío, peleando". En fin, una reacción esperada luego que la oposición le zampó más de 2.5 millones de votos en las primarias y le plantó la candidatura de María Corina con una fuerza arrolladora.

Inútilmente insistirá en descalificar a las primarias y a María Corina Machado, sabiendo que ello no tendrá efecto en el mundo opositor. Lo hará siempre pensando en el segmento que aún lo respalda, tratando de frenar la "brincadera de talanquera" que siempre se produce -y ya empezamos a verla aguas abajo- cuando la gente intuye que el cambio es indetenible y hay una candidatura unitaria, con opción real de victoria. ¡Nadie se anota a perdedor!  

Pero ahora Maduro ha entrado en otra etapa y lanza una propuesta electoral encapuchada con la retórica nacionalista y utilizando al Esequibo -ésta vez no para lograr votos en Caricom- sino para recoger a las ovejas descarriadas, pescar incautos y generar confusión, más de uno pensará que la verdadera motivación de esa iniciativa es la patria y la recuperación de ese territorio, el cual –por cierto- los venezolanos siempre hemos considerado como nuestro. De eso no hay dudas, ni hace falta un referéndum para constatarlo.    Hay quienes especulan al afirmar que el chavismo lanza un globo de ensayo para ver si puede conducir al país a un clima de pre guerra que le permita declarar un Estado de Excepción y por esa vía suspender las elecciones para salvarse de una paliza en el 2024.  Quizás "in pectore" algunos abracen esa fantasía, pero para Maduro esa es una opción que le genera más amenazas que certidumbre. Es muy probable que el tiro le salga por la culata. 

Aunque este referéndum sea una vulgar maniobra política con espíritu patriotero, muchos han afirmado la conveniencia de concurrir a las urnas.  Respetando a quienes ya decidieron por una opción u otra, queda clara la real motivación del gobierno y antes de decidir si votar o no, lo conveniente es analizar objetivamente la pertinencia, validez y consecuencias de la consulta, algo que dejaremos para la próxima entrega.  ¡Dios bendiga a Venezuela!

Twitter: @RichCasanova


domingo, 5 de febrero de 2023

Sobre las primarias y "ese CNE"

El debate sobre la participación electoral o la abstención como estrategia, hoy está superado. La realidad ha logrado imponer la ruta electoral: está muy claro que un abstencionismo eterno termina por paralizar o desmovilizar a la sociedad.  Y al contrario, en un país donde el gobierno tiene 80% de rechazo, no solo es posible la victoria electoral, sino que es absurdo no cohesionar y movilizar a esa inmensa mayoría en torno a un candidato que represente a todas las fuerzas democráticas. 

Sin duda, hemos avanzado. Líderes que afirmaban que no había condiciones para las elecciones regionales, ahora quieren ser Presidente. Tal parece que esa era "la condición electoral" que hacía falta.  Por tal razón, es lógico que encontremos coherentes discursos sin fundamento, que insisten en cuestionar la participación "con ese CNE". Quizás intentan justificar su pasado reciente y darle contexto a su nueva postura política.  Desafortunadamente, aún no han encontrado una manera de explicar que ayer no habían "condiciones electorales" y ahora que "yo soy candidato(a)" si las hay.   Eso debemos entenderlo y al advertir está inocultable realidad, no se pretende ahondar las diferencias o agredir a quienes han decidido transitar la ruta electoral y tienen dificultad para rectificar el rumbo. ¡Bienvenidos todos!  Sin embargo, es necesario puntualizar algunos aspectos: 

1. Si estamos en dictadura, es una ingenuidad mayúscula pedirle "condiciones electorales" al régimen para hacer un proceso transparente y sacarlos del poder. ¡Esa no existe!   A las dictaduras se les ENFRENTA en las condiciones que sean posibles, no en las que uno desea... No es una confrontación democrática, es una PELEA y siempre dispareja, por cierto.  

2. Las dictaduras tienen el poder factico, el control militar - policial, tienen el monopolio de la violencia, así que enfrentarlos en ese terreno es un grave error.  Al contrario, ellos le temen a las manifestaciones democráticas y populares, tienen rechazo del país y evitan siempre la confrontación electoral.  Ese es el terreno de la lucha cívica, es ahí donde el ciudadano tiene fuerza.  

3. Quienes enfrentan a una dictadura obviamente deben luchar por alcanzar las mejores condiciones POSIBLES y para eso la comunidad internacional presiona de muchas maneras al regimen.  La idea es forzarlo a NEGOCIAR tales condiciones y en general, pactar una transición a la democracia.  Eso es lo que se hace en México con la mediación de Noruega y la presión de EEUU y la Unión Europea. Así se ha hecho en muchos otros casos en la historia contemporánea. 

4. Y no se trata de una opinión personal: una investigación sobre autoritarismos determinó que en un 59% de los casos, las elecciones fueron decisivas para la caída de regímenes autocráticos.  En Venezuela, el politólogo y académico John Magdaleno, ha coordinado un estudio sobre las transiciones a la democracia, analizando 102 casos con rigurosidad metodológica y el resultado es que en 44 casos -al menos- esa transición se produjo por vía electoral o como consecuencia de un acto comicial, incluso fraudulento.  Es decir, es mentira que "dictadura no sale con votos" y toda esa argumentación vacua que exponen los abstencionistas crónicos.   

5. En Venezuela tenemos varios ejemplos de que es posible derrotar a la dictadura en el campo electoral, uno de ellos: "con ese CNE" (realmente con uno peor al que tenemos ahora), ganamos los 2/3 de la Asamblea Nacional en el año 2015.  Lo que pasó después es otro asunto pero la derrota electoral fue monumental gracias a la UNIDAD.   Un ejemplo más reciente es lo que sucedió en Barinas: el régimen inhabilitó a candidatos, utilizó todos los recursos del Estado: repartió mucho dinero, electrodomésticos, comida, gasolina, cargos en el gobierno, hizo una movilización militar para intimidar, usó a los colectivos, traslado literalmente a todo el gobierno al Estado Barinas, etc. Pero perdió las elecciones, “con ese CNE” se impuso la voluntad de cambio, gracias a la UNIDAD.  

6. La clave es la UNIDAD y para alcanzarla, una comisión de ilustres venezolanos se ha instalado para conducir con plena autonomía el proceso de Elecciones Primarias, garantizando la pulcritud del proceso. La participación del CNE sería solo como apoyo en áreas de puntuales, por ejemplo: abrir las escuelas como centros de votación, facilitar la data electoral o cualquier otro asunto que contribuya al éxito de la jornada. Siendo así ¿Qué sentido tiene convertir la participación del CNE en las Primarias en un tema de discordia, en vez de dar un voto de confianza a la Comisión Nacional de Primarias? 

7. Si un(a) pre candidato(a) cuestiona a las Primarias, en realidad está boicoteando al proceso democrático que propiciaría la UNIDAD necesaria para derrotar al régimen, así de simple. Más bien, las Elecciones Primarias deben tener el apoyo de todos los sectores democráticos de la sociedad venezolana, lo contrario es absurdo y solo lo justifica un ego insaciable, una estupidez infinita o compromisos ocultos con fines inconfesables. 

8. Si un(a) pre-candidato(a) utiliza como excusa al malévolo CNE para cuestionar las Primarias, pese a las reconocidas figuras de la Sociedad Civil que las conducen en representación de la Venezuela democrática ¿Qué podemos esperar de ese liderazgo?  ¡Nada!  Podemos concluir que "con ese CNE" tampoco irá a participar en las elecciones presidenciales del 2024, jamás derrotará al régimen y su única opción será el eterno abstencionismo y la absurda violencia.  ¿O es que “con ese CNE” no se cuenta con la oposición en Primarias, pero si con Maduro en el 2024? 

CONCLUSIÓN. 

Nadie confía en "ese CNE" pero a pesar de él, es necesario hacer lo que nos corresponde para derrotar al régimen, es decir enfocarnos en lo esencial: unidad, organización y movilización con objetivos claramente definidos. No hay que "buscarle 5 patas al gato", sino participar y apoyar de forma firme, decidida e incondicional a estas Elecciones Primarias para que su resultado transparente e inobjetable sea el preámbulo de una glamorosa victoria en las elecciones presidenciales del 2024.  Por eso, insisto en darle un voto de confianza a los distinguidos venezolanos que asumieron el desafío de conducir este proceso desde la Comisión Nacional de Primarias con plena autonomía e indiscutible vocación democrática.  Además, también merecen confianza Enrique Márquez y Roberto Picón como demócratas, rectores del órgano electoral y parte de esa Venezuela que no se rinde. 

Twitter: @RichCasanova   //   Instagram: @r.casanova