jueves, 11 de julio de 2013

QUE MUERA LA INTELIGENCIA

En nombre de la Revolución Cultural se cometieron inmensas injusticias, la libertad siempre ha sido la principal víctima del despotismo y las autocracias han sido devastadoras para la cultura. En Venezuela ha sido una tragedia tener en el poder a tantos déspotas tremendamente ignorantes y más de 150 años de caudillos militares. Chávez entraba en esa categoría, era un lector de solapas de libros con una asombrosa habilidad para engatusar al público. Ahora, la ignorancia de Nicolás no tiene parangón. Además de la corrupción y un abismal déficit social, la mayor herencia del “comandante eterno” es el militarismo y la dependencia al poder cubano, legado que Nicolás intenta preservar disfrazándose de militar cubano. Imagino la repugnancia que genera esa imagen en el cuerpo institucional de nuestra FAN y la risa de los jerarcas cubanos al sentir la lengua que lame sus botas justo cuanto tienen los hilos en la mano. Similar indignación sentimos cuando se apropian del patrimonio musical de Alí Primera mientras pisotean sus ideales. A uno de sus hijos le dije una vez: “Tu padre jamás hubiera estado con este régimen, él detestaba el verde oliva y las injusticias”. En efecto, el desprecio por la cultura es propio de regímenes militares. El Gral Millan Astray al asaltar la Universidad de Salamanca grito “muera la inteligencia” y dijo a su Rector Miguel de Unamuno: “Cuando oigo la palabra cultura, saco el revólver”. Chávez no fue la excepción, en su período se asaltó el Ateneo de Caracas y se confiscaron todos los espacios culturales, desde el Teatro Teresa Carreño y el Municipal hasta las Casas de la Cultura, ni en los hoteles puede hacerse teatro. Saquearon el Museo de Arte Contemporáneo, robaron obras de arte de Miraflores y la Casona, otorgaron millones de Dólares a cineastas gringos mientras el cine nacional fue puesto de rodillas. Hacen Festivales de Poesía sin Rafael Cadenas y casi celebran la partida de gente como Manuel Caballero o Adriano González León, por citar algunos. En fin, es larga y dolorosa la historia de las tropelías de este gobierno en contra del arte y la cultura. No vamos a defender el pasado, bastante cuestione al bipartidismo y sin duda, aquellos errores facilitaron el ascenso al poder de los protagonistas de este colosal deslave moral. Pero es justo reconocer que antes no tenían el hábito de preguntar de que partido era un artista o si aquel poeta era afecto al gobierno, menos insinuar que a Zapata le hubiesen pagado por alguna punzante caricatura, al contrario siendo un férreo opositor, CAP lo condecoró y por cierto, se comentó que en ese momento el expresidente le dijo “es un honor para mí” y Zapata con su genial humor respondió “lamento no poder decir lo mismo”. Pese al bipartidismo, el ámbito cultural seguía siendo un predio de la izquierda con gente como Jacobo Borges, cuyo nombre engalanó al Museo que se inauguró en 1995, aunque luego la “revolución” se empeñara en cambiarle el nombre. Así hicieron con la Av. Andrés Bello (Intercomunal Barcelona-PLC), a la cual pusieron el nombre del padre del Vicepresidente para el momento. Que muera la inteligencia, pues. Twitter: @richcasanova

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