miércoles, 23 de octubre de 2013

SIGNOS DE LA DECADENCIA

Todas las revoluciones pierden el glamour que brindan las causas justas que inicialmente le inspiran y terminan sumergidas en un nauseabundo charco de corrupción, arbitrariedades y represión, lo cual generalmente deviene en atrocidades terriblemente dolorosas para los pueblos. La mal llamada “Revolución Bolivariana” no podía ser la excepción. Tarde o temprano, todos los regímenes autoritarios terminan en la misma fosa. Los historiadores coinciden en advertir que luego del fraude en el referendo donde –igual que Maduro- el General Marcos Pérez Jiménez estafó electoralmente a los venezolanos, recrudeció la represión y el hostigamiento a la disidencia. Intentando mostrar fortaleza, realmente se estaba ante un signo elocuente de la decadencia política y moral de la dictadura. Exactamente eso es lo que vemos en la actuación vulgar, indecorosa y desesperada del oficialismo en la Asamblea Nacional. No hay que ser un analista político para suponer que debe estar muy mal un gobierno que actúe de esa manera y en efecto, todas las encuestas sugieren que Henrique Capriles ganaría por paliza cualquier elección hoy en Venezuela y que el descrédito de la cúpula podrida que “gobierna” ha llegado a las nubes, junto a la inflación, la escasez y la inseguridad. El país le ha dado la espalda al hamponato que truculentamente se mantiene en el poder. Esa es una realidad palpable e irreversible. La boliburguesía corrupta insiste en el camino de la confrontación, la descalificación y las persecuciones, sin darse cuenta que muestran así su debilidad y que no podrán intimidar a los venezolanos, ni detener la ola de cambio. Hasta en Egipto, donde los niveles de violencia fueron extremos, la gente perdió el miedo a la represión y arriesgando sus vidas, salió a las calles, lanzando a un saco roto las amenazas del Presidente Mubarak. Lamentablemente, esa inmensa fuerza ciudadana no pudo ser canalizada pacífica y electoralmente, como vamos a hacerlo en Venezuela. Conscientes de las trampas y del ventajismo, las elecciones municipales serán la oportunidad para castigar a los inmorales que han desangrado al país y pretenden engañarnos con una hipócrita lucha contra la corrupción, llegando al cinismo de pedirle poderes especiales para ello a Diosdado Cabello, nada menos. Tienen 14 años con todos los poderes y solo les sirvió para asaltar impunemente las arcas de la Nación. Nicolás Maduro está desconectado de la realidad, manipulado por los cubanos y por un entorno putrefacto que solo piensa en sus beneficios económicos. Esta es otra similitud con otras autocracias: la incomprensión de la realidad. Destacados analistas señalaban que "El presidente Mubarak no está entendiendo el alcance de la situación". La historia se repite desde Nerón o Napoleón hasta nuestros días. El poder no solo envilece sino que enceguece, algo que también se evidencia en la decadencia. PUBLICADO 16/AGOSTO/13

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