martes, 23 de agosto de 2016

EL BARRIO ES EL EPICENTRO DEL CAMBIO - 20/08/16


Esta revolución mal llamada "Bolivariana" comparte con Fidel Castro el dudoso honor de lograr la hazaña del Rey Midas pero al revés: convertir a un país próspero donde había pobreza pero también oportunidades para superarla en otro donde la miseria alcanza niveles alarmantes y se ha destruido absolutamente toda posibilidad de ascenso social, al menos “por ahora” y mientras dure esta desgracia de gobierno. Su irresponsable retórica trasnochada reivindica aquella sociedad sin clases, igualitaria y sustentada en la "abundancia material" que exponía la utopía marxista, sueño que los protagonistas -de antes y de ahora- se encargaron de convertir en tragedia. 

Hoy la realidad es imponente. Con la excepción de la boliburguesía del PSUV y su entorno de enchufados, ahora todos somos iguales o mejor dicho, todos nos hemos empobrecido por igual, aunque realmente el impacto de este proceso es mucho mayor en los segmentos económicamente más débiles. En efecto, el deterioro del poder adquisitivo impacta con mayor contundencia a los pobres y lo mismo sucede con otros indicadores de pobreza, en particular con aquellos asociados a las carencias o deficiencias en infraestructura y servicios en los sectores populares, las cuales generan un severo deterioro en la calidad de vida de la familia venezolana y nos advierten que la pobreza no es una condición exclusivamente asociada a lo económico. 

Tampoco desde esta perspectiva podemos hablar de igualdad pues aunque el deterioro de la infraestructura y los servicios afecta a todo el país nacional, estas limitaciones son terriblemente duras en los sectores populares o barrios, donde reside actualmente la inmensa mayoría de la población. Esta realidad incluye ausencia o serias deficiencias en la prestación de servicios educativos, asistenciales, deportivos y culturales, pero también carencia o precaria existencia en el barrio de espacios públicos, lo que restringe el ejercicio de la ciudadanía, lesiona el tejido social y deriva en problemas sociales de diversa naturaleza.  Así las cosas, las expectativas de cambio del venezolano están asociadas -no sólo a factores relacionados con la economía y el poder adquisitivo del grupo familiar, vale decir escasez e inflación- sino a vivienda y hábitat, lo cual supone infraestructura, dotación y acceso a servicios públicos eficientes, así como condiciones ambientales y otras que garanticen una elevada calidad de vida.  Lamentablemente, superar la crisis encuentra su principal obstáculo en este régimen fracasado y corrupto.

Un gobierno de unidad nacional tendrá que asumir como prioridad social la reactivación del aparato productivo y la generación de empleo. Sin embargo, resulta evidente que el cambio como demanda social exige también un programa especial de intervención urbana que atienda la problemática planteada y canalice las expectativas de la población. Queda claro que el barrio es el epicentro del cambio, el punto es ¿Cómo abordar una realidad tan compleja y extendida, en medio de grandes limitaciones económicas del país? A responder esta pregunta nos vamos a dedicar en las próximas semanas, sin abandonar esta lucha de todos por el revocatorio para este año. Nos vemos este 1ro de septiembre en la calle con las banderas en alto! #YoRevoco


Twitter: @richcasanova

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