A propósito del diálogo, hoy buena parte
del país asume que la MUD hizo lo que corresponde a una oposición democrática y
responsable: agotar todas las vías para una salida pacífica y depositar su
confianza en el Vaticano, no en este gobierno tracalero y corrupto. El punto entonces
es el resultado vs las expectativas, el manejo de la crítica y que pasa si fracasa
el diálogo. Veamos, en medio de la dramática crisis social y económica del país,
es lógico sentir una inmensa angustia al no percibir soluciones en el corto plazo.
Los resultados a nadie satisfacen: aún no se vislumbra una salida electoral -meollo
del asunto- sin embargo, hay resultados que permiten avanzar. ¿Por qué desestimarlos?
En todo caso, es absurdo e injusto decir que no se obtuvo más porque alguien se
vendió o entregó algo, sabiendo que nada tenemos para entregar y sí mucho que
exigir. Insistir en eso es hacerle el juego al gobierno. Claro, no toda crítica
es malintencionada, hay malhechores disfrazados de opositores pero hay gente
haciendo cuestionamientos muy duros, convencidos de que hacen lo que les
corresponde. Dicen "en democracia disentir es un derecho y la crítica
es natural". Y tienen razón pero ¿estamos en democracia? ¡No! Estamos
en medio de una guerra -no desde la perspectiva bélica- sino política. Una confrontación
extrema con posibilidades reales de violencia e intervención militar, lo cual
justifica la mediación internacional. Pues bien, en una guerra no hay
asambleas para decidir si las tropas avanzan por aquí o por allá, no hay un
debate entre soldados para ver si se suben o no a la colina, la información
tiene carácter estratégico y la unidad de mando es fundamental. En una guerra
se deposita la confianza en los que tienen la responsabilidad de conducción y
es vital la solidaridad.
A nadie se le cercena el derecho a la
libre opinión simplemente no tenemos tal libertad. En una guerra estás en un
frente de batalla o en otro: el gobierno se beneficia de las críticas de los
opositores contra la MUD y la oposición de las críticas al gobierno que
provengan del chavismo. Confiemos entonces y sigamos transitando la ruta pero
¿Y si fracasa el diálogo? Si ello sucede será una responsabilidad que el
gobierno tendrá que asumir, son ellos quienes tienen que ofrecer
soluciones. La oposición cumplió agotando todas las vías en procura de una
salida y Su Santidad será testigo de ello. Si el gobierno clausura la ruta
electoral, el país democrático -conscientes de que hicimos lo debíamos hacer-
se volcará a las calles con autoridad moral -ya no a exigir un revocatorio o
elecciones generales- sino la salida inmediata del poder de quienes saquearon
al país, han profundizado una crisis que ya era insoportable y se han burlado
-no sólo del pueblo venezolano- sino del mismísimo Papa Francisco y del
Vaticano. Para ese momento, mejor no imaginemos la dimensión de la crisis
social y económica, ni la precaria situación política del régimen. ¿O alguien
cree que es posible superar la crisis con esta mafia en el poder? ¿Alguien piensa
que este gobierno puede salir fortalecido si extiende la crisis? ¡Nada de eso!
La crisis avanza y cada día el régimen estará en una mayor debilidad política,
con menos ingresos y un descrédito sin precedentes. La diferencia entre
una salida electoral hoy y una traumatizada mañana será un lamentable saldo
negativo a la cuenta del gobierno. En fin, nuestra mejor alternativa es
preservar la unidad, mantener el optimismo y confiar en quienes han asumido una
representación tremendamente difícil de ejercer. Dios bendiga a
Venezuela. -
Twitter:
@richcasanova
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